(30 Nov 2003) Reeditan "el Calor de mis recuerdos" con motivo del XX aniversario de Antonio Mairena

Informa: Chema Cejudo

Los trabajos para la reedición del último disco de Antonio Mairena acaban de concluir, y la obra se pondrá a la venta en todo el país en pocos días. Con este fin llevan ya trabajando varios meses los directivos del sevillano sello Pasarela (que también editó el original en 1.983) junto con el representante de los derechos patrimoniales del difunto cantaor, su sobrino Antonio Cruz Madroñal.
Bajo la premisa de hacer una edición idéntica a la original en vinilo, los trabajos para sacar esta nueva edición con 3.000 copias de tirada (1.000 más que en la edición original) se han centrado básicamente en adaptar el formato original al CD. Por lo demás, el disco mantiene idéntico aspecto en cuando a su colorido, que simula al oro viejo, y todas las inscripciones de incluyó en su día, entre las que no podía faltar la pintura original de Juan Valdés, que reproduce el busto del cantaor que bautizó el cante más puro con el doble calificativo de "gitano-andaluz".

"El calor de mis recuerdos" ha gozado desde siempre de una especial predilección y significado entre los círculos mairenistas por la concurrencia de varias circunstancias. En primer lugar, porque cuando Antonio Mairena se decidió a hacerlo rompió un dilatado silencio ininterrumpido desde 1.976 en el mundo discográfico. De igual modo, porque entre la selección de cantes que incluía el artista se marcó como objetivo trazar una especie de ajustada síntesis tanto de su legado como de los cantes que él consideraba esenciales dentro del siempre complicado y discutible terreno de lo jondo. Además, porque la grabación del disco en tan sólo dos noches y tres intentos condicionaron gravemente la resentida dolencia cardiaca de Antonio Cruz García, que meses más tarde le provocaría la muerte sin ver aún editada la obra. Finalmente, por su carácter benéfico en favor de la ya desaparecida ITEAF (Institución Tercera Edad de los Artistas Andaluces), que con anterioridad a la universalización de las pensiones, procuraba un retiro digno a los artistas andaluces.

Testigos en la intimidad de la concepción y plasmación de la obra fueron los por aquellos años incondicionales del cantaor. Nombres como los de sus dos guitarristas: Enrique de Melchor y Pedro Peña, a los que se unieron otros como Nano de Jerez, Joaquín Bastián, el Poeta de Alcalá, Miguel Acal, Manolo Almero, Manuel Mairena, Paco Vallecillo, o Antonio Reina, quienes con su flamenco compás o su mera presencia contribuyeron a dar emoción a este álbum al que todos coinciden en calificar como "testamento" del maestro. De esta labor de compendio o repaso a su trayectoria dan fe no sólo el título del disco, sino además los cantes que le dan forma a través de romeras, soleares, seguiriyas, bulerías al golpe, tientos- tangos, bulerías por soleá, y tonás.
La reeditada obra contiene también en esta segunda edición toda la información que la acompañó en la primera, con firmas como las de Manuel Almero Noval, Rafael Román Guerrero, Francisco Vallecillo Pecino, Lucas López López, y el propio Antonio Mairena, que en la extensión de un folio explica la intencionalidad que le motivó a hacer la obra.


En cuanto a la posibilidad de que aún pueda ver la luz material inédito de Antonio Mairena, su sobrino Antonio Cruz ha manifestado que existe a medio y largo plazo, pues la familia guarda como fondos los registros un buen número de cantes inéditos, en algunos casos tomados en fiestas privadas, que son de un gran valor. Sin embargo, su aparición se irá haciendo de forma dosificada, ya que han de ser sometidos a un proceso de selección y tratamiento técnico porque no todos tienen la suficiente calidad técnica. De momento, con la reedición de esta obra por la que se habían interesado diversas compañías discográficas, la familia se da por satisfecha por su contribución a los actos de conmemoración del vigésimo aniversario de la muerte del artista (5-9-1983), sobre cuya multiplicación de actos a través de instituciones tanto públicas y privadas que reivindican su memoria y magisterio, Antonio Cruz García no duda en vaticinar que su tío "se sentiría inmensamente feliz si pudiera verlo".