CUARESMA DE 2005
EL MUÑIDOR
BOLETÍN Nº 17
mayrena.com

SERMÓN DEL CALVARIO
Por causas técnicas, completamente ajenas a la Hermandad de Jesús, en la pasada mañana del Viernes Santo del año 2004, el tradicional Sermón no pudo escucharse en la plenitud que dicho acto merece, debido al fallo en la megafonía. Desde aquí la Junta de Gobierno de la Hermandad pide disculpas, en general al pueblo de Mairena que se congregó en masa, en particular a los hermanos y devotos de esta Muy Antigua Hermandad y personalmente al Reverendo Padre D. Rafael Capitas Guerra; y tomará las medidas oportunas para que este suceso no se vuelva a repetir en años venideros. Por lo tanto, esta Junta de Gobierno se cree en la obligación de reproducir íntegramente dicho Sermón, para el disfrute y conocimiento de todos.

SERMÓN DEL CALVARIO DE 2004
pronunciado por el
RVDO. PADRE DON RAFAEL CAPITAS GUERRA

“Si alguien quiere seguirme, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz cada día y me siga…”

“Al salir, encontraron a un hombre de Cirene llamado Simón, y le obligaron a llevar la cruz…”

Aún pareciendo que en estas dos frases del evangelio se habla de lo mismo, hay una gran diferencia entre estas dos citas bíblicas…

Por un lado, el ofrecimiento que Jesús hace a aquellos que quieran seguirle: “Si alguien quiere seguirme… cargue con su cruz…”, es un ofrecimiento que nace desde la libertad, es el ofrecimiento de aceptar la realidad concreta, esa realidad que no es ideal, sino cargada de limitaciones… es el ofrecimiento de asumir voluntariamente una condición específica, la de seguidores del Nazareno que estén dispuestos a cargar con la cruz de cada día.

Por otro lado, el caso de Simón de Cirene, al que como dice el evangelio, OBLIGAN a llevar la cruz de Jesús…

La cruz, o se acepta y asume libremente, y entonces se hace realidad ese pasaje evangélico en que el Señor dice: mi yugo es llevadero y mi carga ligera… o por el contrario, si no aceptamos la cruz, si la cruz que sobreviene como consecuencia de vivir coherentemente con el evangelio, se convierte para nosotros en una realidad a la que nos obligan, como a Simón de Cirene a llevar la cruz, entonces se convierte en un fardo insoportable de arrastrar.

Y Jesús, el Nazareno, en este viernes santo, nos invita a reconocer como propia la cruz de cada día, y además a aceptar la cruz, como condición indispensable para poder seguirle…

Y es que la cruz, queridos paisanos y hermanos maireneros, representa el compromiso de los que siguiendo al Nazareno, creemos en un mundo distinto, y nos afanamos por construirlo desde el evangelio, es decir desde los ojos del Nazareno que abraza la cruz libremente y la asume voluntariamente.

Es la lección del Nazareno en esta mañana del viernes santo, una lección magistral del amor…, porque solo desde ahí, desde el amor, es como se entiende la cruz.

La cruz no es esa realidad cruel en que Dios se regocija del sufrimiento humano, y lo permite como moneda de cambio para poder perdonarnos… nada más lejos de la realidad.

La cruz, es aceptar que para construir el reino de Dios en medio de nuestro mundo, para vivir el evangelio hasta las últimas consecuencias, para poder experimentar como propio el sermón de las bienaventuranzas, nos vamos a encontrar con una y mil hostilidades en el camino, vamos a sufrir una y mil contrariedades en la vida, porque el evangelio cuando se vive de verdad, es fuente de conflictos contra los que no creen más que en sí mismos, contra los que viven desde el egoísmo,contra los que viven desde la violencia, contra los que viven explotando a los que tienen a su cargo, contra los que se aprovechan de su situación privilegiada para seguir enriqueciéndose a costa de los demás… y no están dispuestos a renunciar a ello por construir un mundo más humano, más solidario y más pacífico…

Todos los maireneros, sin excepción, nos emocionamos la mañana del Viernes santo al contemplar la imagen imponente de Jesús, obra maestra de la imaginería sevillana, e imagen venerada por multitud de hombres y mujeres de nuestro pueblo…

La cruz no es esa realidad cruel en que Dios se regocija del sufrimiento humano, y lo permite como moneda de cambio para poder perdonarnos… nada más lejos de la realidad.

La cruz, es aceptar que para construir el reino de Dios en medio de nuestro mundo, para vivir el evangelio hasta las últimas consecuencias, para poder experimentar como propio el sermón de las bienaventuranzas, nos vamos a encontrar con una y mil hostilidades en el camino, vamos a sufrir una y mil contrariedades en la vida, porque el evangelio cuando se vive de verdad, es fuente de conflictos contra los que no creen más que en sí mismos, contra los que viven desde el egoísmo, contra los que viven desde la violencia, contra los que viven explotando a los que tienen a su cargo, contra los que se aprovechan de su situación privilegiada para seguir enriqueciéndose a costa de los demás… y no están dispuestos a renunciar a ello por construir un mundo más humano, más solidario y más pacífico…

Todos los maireneros, sin excepción, nos emocionamos la mañana del Viernes santo al contemplar la imagen imponente de Jesús, obra maestra de la imaginería sevillana, e imagen venerada por multitud de hombres y mujeres de nuestro pueblo…

Pero afortunadamente, el seguimiento de Jesucristo no está centrado solo y exclusivamente en emociones y sentimientos, que si bien no están reñidas con la fe, no son más que un complemento que nos puede ayudar a vivir con intensidad el evangelio del Señor…

Y es que, estimados paisanos, la mañana del Viernes Santo, no es una mañana cualquiera, y no me estoy refiriendo ahora, a la belleza externa que acompaña indisolublemente a esta mañana con la procesión de Jesús por las calles de nuestro pueblo. Me refiero a la grandeza que celebramos en la mañana de cada viernes santo. Me refiero al misterio insondable que contemplamos en Jesús, el hijo de Dios, el hijo de María de la Amargura, que siendo de condición divina, no hace ostentación de su rango, sino que pasando por uno de tantos, pasando incluso por lo que no era, por un malhechor, abraza la cruz y se dirige con paso firme hasta el gólgota.

Misterio de amor insondable, misterio de caridad sin límites, porque no hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos…

Y Jesús en la mañana de cada Viernes Santo se nos presenta humillado, `pobre, ultrajado, despreciado, y todo ello, no de forma gratuita, no porque Dios sea amante del sufrimiento y de la sangre, sino porque Jesús acepta la cruz, acepta la muerte, acepta el dolor, como respuesta pacífica a aquellos que lo condenan injustamente, porque ven en él un peligro para sus intereses particulares.

Jesús se enfrenta a la violencia de los que quieren su muerte, se enfrenta a los que quieren acabar con él porque les resulta incómodo, ya que su vida justa, su vida intachable y coherente es una denuncia contra aquellos que viven solo para sí mismos.

Y esta realidad, queridos hermanos, se sigue dando en nuestro mundo y posiblemente se siga dando durante mucho tiempo… Me refiero, a la actitud de las personas que solo miran en sí mismas, que solo velan por sus propios intereses y no les importa utilizar cualquier método por cruel que este sea para conseguir sus fines…

Todavía está en nuestras retinas, nuestros oídos, como si acabara de suceder, la masacre de ese día tan hermoso para nosotros los maireneros, porque trasladamos la sagrada imagen del Stmo. Cristo de la Cárcel a nuestra parroquia, pero que este año, se vio tristemente enturbiado por el cruel atentado en Madrid, en que perdieron la vida tantos inocentes…

Es la misma realidad que vive Jesús, el inocente llevado hasta la cruz, la que seguimos viviendo los hombres, de nuestro tiempo o de cualquier otro tiempo de la historia, cuando aquellos que mirando solo sus propios intereses, utilizan cualquier medio, incluso la muerte de seres humanos para conseguir sus objetivos…

Y os decía que Jesús también se enfrenta a esta misma situación, el Señor se enfrenta a los que quieren acabar violentamente con él, pero su sufrimiento es bien distinto, su método es revolucionario, su forma de acercarse a sus enemigos constituye toda una novedad en el mundo… Frente al ojo por ojo, diente por diente, Jesús vive el mandamiento nuevo del amor, frente ala violencia de aquellos que quieren acabar con su vida y que lo clavan en la cruz, la respuesta de Jesús es el perdón y la misericordia: “padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”, frente a la sinrazón de la violencia, la venganza, la hostilidad, la envidia, Jesús responde con un estilo nuevo, eso si que es revolucionario en nuestro mundo… y es la repuesta que nace de un corazón nuevo, la respuesta que no tiene en cuenta la maldad del otro, la respuesta que no conoce la venganza y la violencia y por eso es la respuesta que nace del amor y la misericordia…

Vosotros me llamáis el maestro y el Señor, y decís bien, pues lo soy… Y si yo el maestro y el Señor os he lavado los pies a vosotros es para que sepáis lo que tenéis que hacer unos con otros.

La tarde del Jueves Santo, en el contexto de la pascua judía, Jesús, lavando los pies a sus discípulos, les da un anticipo, de la lección magistral que les dará al día siguiente, en la misma mañana del viernes Santo.

Jesús lava los pies a sus discípulos, y tú, hoy mujer Verónica, sube al paso del Nazareno, para poner por obra las palabras del evangelio del Señor, si vosotros me llamáis el maestro y el Señor, y decís bien, pues lo soy, si yo el maestro y el Señor os he lavado es para que vosotros hagáis lo mismo unos con otros…

Hoy tú, la mujer verónica, lava el rostro a Jesús, porque él representa a tantos y tantos hermanos nuestros que siguen viviendo una pasión en sus vidas, hoy la imagen de Jesús, el nazareno, es la imagen de los miles y miles de niños y adultos que mueren todos los días en los países subdesarrollados ante la pasividad de nuestro primer mundo rico y opulento, hoy el rostro hermoso pero sufriente de Jesús, el Nazareno representa a las víctimas del terrorismo, que mueren presas de la sinrazón de aquellos que quieren imponer por la fuerza sus intereses particulares, lava el rostro a Jesús porque representa a tantos hombres y mujeres como han muerto y siguen muriendo en tantas guerras absurdas que no son más que la consecuencia de la política mal entendida que se centra en el nosotros y se olvida del vosotros…

Limpia el rostro del Nazareno… porque esa es la actitud que hoy nos enseña el maestro, la actitud de los que se ponen sobre todo al servicio de los más necesitados, limpia bien el rostro a Jesús porque es la actitud de los que han descubierto que la vida del evangelio es la llamada a construir un mundo nuevo, donde el débil, el inocente, el pobre, el insignificante, el que no tiene ni voz ni voto en nuestra sociedad, el que no tiene fuerzas para llevar la cruz, no está en un segundo plano, sino que es el centro, y es la razón misma de ser del evangelio de Jesús.

Agradecer al Hermano Mayor y a la Junta de Gobierno de la Hermandad de Jesús Nazareno y María Santísima de la Amargura, el haberme invitado a este momento tan especial para su hermandad y desearos a todos y en particular a los miembros de esta hermandad que la escena que hoy hemos representado en este bellísimo marco del castillo de nuestro pueblo, se haga vida en el día a día de nuestra vida, porque solo viviendo como la mujer verónica es como vamos a vivir el evangelio, y como vamos a ser constructores del reino de Dios entre los hombres.

Nuestra Señora de la Amargura. Ruega por nosotros.

Bendigamos al Señor.