(22-Sep-2006) Reconocimiento de la Santa Sede a dos matrimonios de la parroquia



Informa:
Manuel Palma Ramírez.
Vicario Parroquial

Con inmensa alegría, la comunidad cristiana de Mairena del Alcor ha recibido la comunicación de la Santa Sede, por la cual ha sido concedida la medalla "pro Ecclesia et Pontifice", que el Excmo. señor Cardeñal Arzobispo de Sevilla había pedido para los matrimonios de D. Diego Guillén Domínguez y Dª Carmen Jiménez Guillén y de D. Juan José Figueroa Galocha y Dª Josefa Peña Rodríguez. Estos galardones serán impuestos por nuestro Cardenal el próximo domingo 1 de octubre a las ocho y media de la tarde en nuestra Parroquia.

En ambos casos, esta condecoración, la más alta que el Papa concede a los seglares cristianos, quiere ser un reconocimiento a su tarea eclesial; una merecida recompensa a su ejemplar vida cristiana manifestada durante muchos años de piedad eucarística y total dedicación en todos los ámbitos pastorales para los que han sido solicitados.

De Juan José y Pepi no podemos sino reconocer su entrega en la ayuda de los más necesitados, que, canalizada en la asociación Llamarada de Fuego, es conocida en los cuatro continentes (sirvan de ejemplo, Malawi, Argentina, Perú, Cuba, Bolivia, Marruecos y Pakistán). Intentar contabilizar la ayuda económica llevada a cabo en estos años (desde 1977) es imposible. Toda esta labor misionera y social tan notable tiene su fundamento en una profunda experiencia cristiana manifestada no solo en la asistencia a la Misa dominical sino con motivo de cualquier evento. Toda la ingente labor mencionada, en la que cuentan con un importante equipo, la ejecutan con la mayor sencillez, laboriosidad y humildad, sin la menor pretensión y creyendo simplemente que no hacen más que cumplir con su deber de seguidores de Cristo.

Del matrimonio de Diego y Carmen habrán de ser resaltados principios de vida cristiana como: su fidelidad a la Iglesia y su disponibilidad para todo apostolado; su entrega y caridad auténtica como miembros y directores de Cáritas local, por la que han sido un ejemplo vivo para todos; su trabajo constante en el mantenimiento de nuestro templo; su fervor eucarístico, expresado en su asistencia a la Santa Misa incluso diaria y en solidaridad con los hermanos difuntos, es modelo para todos; su sencillez y humildad unida a su interés por todo problema o necesidad de cualquier miembro de nuestra Parroquia, les hacen acreedores, sin la menor pretensión, de la gratitud y admiración de todos los que los conocen.

Por todo ello, esta mención supone una singular ocasión para que los matrimonios de la Parroquia, a la luz de su acción ejemplar, se conviertan en la fuente de una nueva evangelización en nuestro pueblo.