II Marcha hacia la Prehistoria. . Sábado 25 Mayo 2002.

Ruta del Alcaudete

Itinerario: 8,30h. Desayuno en la Plaza de las Flores. Paseo entre chumberas por un cordel de ganado. Salida cuesta de la estación, Molinos de Mairena, Vía del Ferrocarril, Cordel de la Cornisa, Alcaudete.
Ilustran: José Prenda Marín (Biólogo) y José Manuel Navarro Domínguez (Historiador)
Organiza: C.P. Antonio González.
Colaboran: Concejalías de Cultura y Deportes y Turismo.

I Ruta 2001. Visita a Gandul. 

José Manuel Navarro Domínguez
Profesor IES S. Albino

El paisaje de los Alcores

La evolución del paisaje natural de una comarca está íntimamente vinculada a la población. Hasta el s. XX la población de los Alcores se mantienen en niveles soportables para el paisaje, que sólo se ve alterado por la transformación de las dehesas, tierras de monte y pequeños bosquecillos de encinas y acebuches que ocupaban la zona para uso agrario. En al documentación histórica encontramos abundantes referencias a monte bajo con algunas manchas de bosque mediterráneo de encinas y pinos, algunos de plantación. En dehesas y baldíos abundan los arbustos (palma, jara, lentisco y coscoja) que se explotan para alimentar al ganado y como leña en los montes comunales, donde además se instalan colmenas y se explota la caza. Todavía a principios de XIX eran muy frecuentas los lobos y zorros en al zona.

En el s. XVIII se aprecia un gran aumento de la ganadería y de los olivares en el paisaje de la comarca. En algunos puntos se talan los macizos de pino plantados en el XVII y protegidos por las ordenanzas de Marina. En el s. XIX y a principios del XX, se planta eucaliptos para desecación de zonas pantanosas y obtención de madera. Estas masas boscosas serían cortadas para madera, plantación de olivares y frutales y para urbanización, quedando en la actualidad reducidas a pequeñas manchas aisladas.

El acuífero de los Alcores

El terreno de los Alcores está formado por capas rocosas que descienden desde las cotas más altas hasta el Guadalquivir formando las cumbres de calcarenitas, las terrazas superiores, terrazas medias, arenosas, y las terrazas bajas, arcillosas, más cercanas al río, utilizadas para el regadío. La formación se asienta en un sustrato de margas azules con areniscas en la parte superior.

Las calcarenitas forman la espina dorsal de los Alcores con cotas que descienden desde Carmona (240 m.), hasta Alcalá (40 m.) con medias de 100 m. en las Laderas de El Viso y Mairena. La mayor parte del agua del acuífero fluye desde las cumbres hacia el Guadalquivir bajo las terrazas y una pequeña porción lo hace hacia la Vega, generalmente aflorando en pequeñas fuentes naturales en el escarpe de las Laderas. Este acuífero abasteció a Sevilla desde época islámica, los famosos caños de Carmona. Su formación geológica se produce en el terciario, debido al depósito de arenas y calizas orgánicas en el fondo, poco profundo, de la costa del mar subtropical que era entonces el valle del Guadalquivir.

El acuífero de los Alcores se ve afectado por dos grandes problemas: El agotamiento por sobreexplotación y la contaminación. En el s. XX la comarca experimenta un intenso crecimiento de la población, acelerado con la industrialización entre 1960 y 1980, que se hace explosivo a partir de 1980. Todo ello dispara el consumo de agua hasta el punto de ser insuficiente la existente actualmente en el acuífero para soportar el actual ritmo de extracción. Actualmente el abastecimiento de agua de la Comarca se cubre con canalizaciones desde el Huesna, con canales hasta Carmona y El Viso y desde La Rivera de Huelva, (pantanos de Aracena, La Minilla y El Gergal), para Sevilla, Alcalá y Mairena. La contaminación del acuífero se es debida al aumento de la población, la creciente urbanización, el desarrollo de las industrias, especialmente las almazaras, las explotaciones ganaderas y el aumento del uso de pesticidas y abonos agrícolas.

Vista desde El Calvario

Desde el Calvario, alto en cerro con espléndida vista de la Vega se aprecia el trazado del cordel que discurre por el coronamiento de los Alcores. Se trata de una vía ganadera secundaria que se interna en el término de Carmona. La desarbolada limpieza de la Vega se ve interrumpida por la línea del mínimo bosque-galería del Salado. El palmito, antaño vegetación predominante en ella, queda reducido a testigo de padrones y lindes y ligeras manchas en cerros aislados. Los caminos aparecen marcados con espinos, pitas y chumberas.

Los pocos almendros que aparecen en el cordel fueron plantados a fines del s. XIX debido a espectacular aumento del precios de la almendra. Precisamente Bonsor plantó algunos en la Necrópolis y en el Castillo de Mairena para financiar sus excavaciones. Fueron sustituidos a mediados del siglo XX por olivos.

Alunada

La fuente de la Alunada ha sufrido la apropiación ilegal de una fuente pública. entubada bajo la casa. El cordel sube al coronamiento de los Alcores entre algarrobos de plantación reciente y pitas (ágave americana). El camino se interna entre chumberas y terraza con muros de bancal con piedras para olivar.

Los yacimientos localizados en esta zona han sufrido la erosión del suelo por la explotación agrícola, que han alterado los estratos arqueológicos, y el expolio superficial de las excavaciones arqueológicas no protegidas. Se aprecian restos romanos en la ladera oeste con cerámica sigilata romana y melada islámica así como alcarrazas de finas paredes que refrescan el agua.

En el Rancho del Zurdo quedan muros sin techo junto a un pilar de ganado y un cercado de ovejas sobre un poblado campaniforme arrasado. Junto al arroyo natural de la Alunada pueden adivinarse restos de villa romana junto al camino.

En Cueva Honda, que queda a la izquierda en el escarpe, la tradición local señala la existencia de restos de una ballena en una cueva de unos 20 m. de profundidad. En los alrededores se localizan restos de 5 alquerías islámicas y una villae romana tardía (s. V-VI).

El Moscosillo

El arroyo del Moscosillo marca la linde del término de El Viso. Qyuedan restos de una edificación con sillares romanos junto a actual establo de chapa metálica donde se guarecen las ovejas.

La Motilla

La motilla en sí es un elemento de difícil clasificación. Se trata de una roca natural aislada del alcor como cerro testigo, modelada por la acción humana con materiales acarreados con tierra reunida para formar el túmulo cuyo análisis puede despistarnos. El ajuar encontrado comprende cerámica relacionada tradicionalmente con el culto (platillos rojos, ánforas pequeñas, vasos de boca abierta, típicos de ofrendas y libaciones, rotas tras la ofrenda. No hay vajilla de uso doméstico.

Se ha interpretado como una fortaleza de protección del puerto de Alcaudete como paso de acceso a los Alcores; como santuario ibérico-turdetano (s. V-II a C.), dirigido por un sacerdocio político (modelo Zalamea la Real, Cancho Roano); como un palacio-santuario con pórtico con estancias a los lados, que pudiese actuar como tesoro de ofrendas y seguro en operaciones comerciales y reserva económica como el templo de Hércules de Cádiz, garante de las transacciones comerciales fenicias, cartaginesas y romanas en el estrecho.

La construcción está formada por hileras de piedra formando el cono de recubrimiento. En la parte superior se ha identificado un gran sillar, posible jamba o dintel de puerta, de talla prerromana con inscripción reciente y dos silos de campana medievales. El montículo constituye una zona en alto más seco que el suelo, lo que permite interpretarlo como un almacén fortificado para defenderlo de posibles saqueos. Los olivos que aun quedan fueron plantados en el XVIII.

La unidad de poblamiento asociada evoluciona desde un pequeño poblado en una loma achatada con posible necrópolis trasera, datado en la Edad del Cobre. Posteriormente, en el Bronce, se organiza de cara a la Vega otro asentamiento alrededor y sobre la denominada "motilla" de Alcaudete. En la ladera se observa una construcción en talud por acumulación de piedras, posiblemente con función de fortificación durante el Bronce Final. Del periodo orientalizante es la necrópolis tumular excavada por Bonsor con restos de incineración en un recinto de pequeñas piedras acumuladas.

El poblado se encuentra activo hasta momentos ibéricos. Los materiales romanos republicanos confirman una temprana romanización y control del núcleo existente. En el Imperio se detectan algunas explotaciones agrícolas y algún resto destacado como es el caso de un sarcófago paleocristiano de época constantina. Se observan diseminados en una superficie de una hectárea, mampuestos y cerámicas vidriadas islámicas califales y almohades), así como medievales cristianas que hacen pensar en la existencia de una alquería de larga ocupación.

Actualmente sufre un fuerte proceso erosivo producido por los motoristas que circulan por la zona y una manada de unas 500 ovejas que arrasan la Motilla elimina capa vegetal y expone el suelo a lluvia erosión intensa.

Alcaudete

El nombre parece derivar de la islamización de una palabra de raíz indoeuropea, "Cau", que significa eminencia, cerro. La tradicional romería de El Viso, que puede interpretarse como una simbólica reivindicación de territorio, se efectuaba antaño en un eucaliptar situado más abajo. Posteriormente se trasladó a la ermita de Santa María del Alcor. La leyenda de la aparición de la virgen, reproduce en versión local un conocido modelo de descubrimiento de imágenes marianas documentadas ya en el s. XIV. El descubrimiento de una imagen pre-islámica, supuestamente en los años posteriores a la conquista, permite salvar el paréntesis islámico y dar antigüedad a la culto Algunos antropólogos lo han interpretado como un símbolo de vínculo del mundo civilizado urbano y el mundo salvaje natural con el consiguiente proceso de domesticación de la naturaleza.

Molinos de Alcaudete

Los molinos aprovechan el caudal del manantial de Alcaudete. Se ubican en la margen izquierda del arroyo, perteneciendo todos ellos al tipo llamado de cubo. Para aprovechar al máximo el caudal de agua, todas las atarjeas se unen aunque de forma soterrada en la mayor parte del recorrido con el fin de evitar arrastres de sedimentos. Sólo emergen en las zonas aledañas a los distintos molinos.

Su construcción data de principios del s. XVIII época de intenso crecimiento demográfico y fuerte expansión del cereal en la Vega, lo que obliga a establecer numerosos molinos para aumentar la producción de harina como en Mairena. Pertenecían a una de las familias mas ricas de Carmona, los Laso de la Vega. Desde su construcción pagaban diversos censos sobre estos molinos al convento mercedario de El Viso del Alcor como limosna de misa con obligación de decir misa diaria y en los días de fiesta en la capilla.

El primer molino es el de S. Miguel (hoy San José), de 2 piedras, próximo a la ermita de Sta. María del Alcor. Sobre la torre aparece superpuesta una moderna hornacina rematada por frontón triangular con imagen mariana. El molino de Santa Bárbara, de 3 piedras, conserva la atarjea en buen estado y la torre con tres ramales. El de S. Nicolás, de 5 piedras, destaca por su robustez y mayor entidad Finalmente el de San Antonio, también de 5 piedras, está ubicado casi al pie del alcor.

Vía Verde de los Alcores

La actual vía verde de los Alcores es en realidad el trazado de la antigua línea férrea Sevilla-Alcalá-Carmona que comienza a construirse en la segunda mitad del s. XIX para comunicar estas poblaciones de la comarca de los Alcores con la capital. Hasta ese momento el transporte se efectuaba a lomos de bestias guiadas por arrieros y en carretas de carga. Tenía apeadero en Alcalá, Gandul, Mairena y Alcaudete y estuvo en funcionamiento hasta la década de los 60.

Recientemente se ha convertido en vía verde. Algunos tramos han sido arreglados por los ayuntamientos con firme de tierra apisonada y algunos árboles foráneos en la mayor parte de los casos en el lado norte del camino, lo que le resta eficacia. Quizás fuese más adecuado plantar chumberas y pitas en algunos tramos, y crear puntos de sombra con arbolado autóctono (almez, chumbera, eucaliptos, pinos, encinas), en vaguadas con agua o lugares estratégicos, con puntos de sombra a lo largo del camino que articulen un recorrido.

Bibliografía

- Amores Carredano, Fernando: Carta Arqueológica de los Alcores, Sevilla, 1982.
- Amores, Fernando, Del Moral, Leandro y Sancho, Fernando: I Jornadas de Estudio sobre los Alcores, El Viso del Alcor, 2001.
- Pozo Blázquez, Florentino: Patrimonio histórico en el ámbito rural de la cuenca del río Guadaira, Sevilla 2000