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EUSEBIO
NAVARRO "Un excelente trabajo, aunque de ida y vuelta, el
suyo en el Dos Hermanas"
El técnico
mairenero aceptó, pensándolo muy mucho, la oferta de la directiva
nazarena de conducir una nave que andaba muy a la deriva en el Grupo Décimo
de la Tercera División. Corría la 12.ª jornada de liga
y el equipo acababa de encajar una goleada de escándalo (0-8) ante
la Balompédica Linense. Su situación clasificatoria era preocupante,
penúltimo con sólo 7 puntos.
A petición suya, le acompañan en el proyecto las dos personas
que habían trabajado junto a él en el C. D. Mairena, es decir
Ricardo Agudo "Riscar" y Luis Catalán.
¿Por qué aceptas el reto?
Quizás por el consejo de algunos amigos. Tuvo también su fuerza
el ser una categoría nueva para mí, la cual suponía el
probarme si era apto para ella.
¿Cómo te encuentras aquello?
Con mucha desmotivación y desacuerdo táctico, aunque con ganas
de mejorar por parte de los jugadores.
Supongo que estarás contento con tu trabajo, ya que los números
los avalan, ¿no míster?
El cambio que le hemos dado ha sido total, ya que lo dejamos con 28 puntos.
Durante mi estancia ganamos 6 partidos, perdimos 3 y empatamos otros 3. Lo
he dejado claramente fuera del descenso y ha pasado el equipo de ser el más
goleado a alcanzar una constante de entre los 3 que menos goles encaja. Estoy
muy contento de la experiencia vivida estos casi 3 meses, ya que la considero
muy provechosa. Todo el entorno (jugadores, directiva y afición) se
ha portado fenomenal conmigo.
¿Cuáles han sido los motivos para presentar una dimisión
tan irrevocable?
Mi manera de ser y de entender el entrenar como ocio, hace que cuando entreno
me entregue a tope. Entonces exijo lo mismo a todos, y como llegó el
momento en que no recibía lo demandado, era para mi imposible seguir.
¿Los jugadores que te comentaron?
Ellos y los directivos no querían aceptar mi dimisión. Intentaban
convencerme, pero mi dicisión estaba tomada. Les agradezco su interés
de que yo siguiera.
¿Ahora qué?
A ver fútbol, sobre todo el C. D. Mairena, La Barrera y el Real Betis.
De entrenar otra temporada no lo sé, dependerá de lo que me
ofrezcan. Si me obsesionara lo de entrenar no hubiese dimitido en el Dos Hermanas,
que, dicho sea de paso, hubiera sido lo más fácil: "lavarse
las manos, entrenar, cobrar y hasta final de liga", como me aconsejaron
algunos compañeros.