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El Campanillo
Hermandad Sacramental

Edición Digital

Mensaje del Hermano Mayor. ¡Alabado sea Jesús Sacramentado!
Antonio Fernández Mellado

Queridos Hermanos:

Cuando de nuevo me dirijo a Vds., por medio de este Boletín, pienso que rápido pasó mi primer año como Hermano Mayor de esta Hermandad. Si quisiera hacer memoria fiel del año transcurrido tendría que enumerar los actos religiosos más significativos vividos, los hechos más destacados, las aspiraciones conseguidas con el esfuerzo de muchos, los logros y anhelos aún pendientes, etc... Pero, sólo, es mi intención hacer constar que lo realmente importante ha sido que nuestra antiquísima y devota Hermandad ha cumplido un año más, y su presencia en la comunidad parroquial de Mairena no ha decaído lo más mínimo. Sino que todos: los antiguos y nuevos hermanos, el grupo de mujeres hermanas, los jóvenes que se van incorporando, algunos de ellos por vez primera, a las tareas de la Junta de Gobierno, y los devotos y fieles en general de nuestras santas imágenes han dado lo mejor de su alma solidaria y cristiana para intentar que, cada día, Jesús Sacramentado presidiera y diese sentido, un poco más al menos, a nuestras vidas de creyentes comprometidos.

La Hermandad pienso, sinceramente, tiene que ser un fuerte vínculo de unión de todos para profundizar en la fe de nuestros mayores y por supuesto, además, debe ser camino y luz de cómo lograrlo. Por eso, es muy importante que todos los hermanos participemos en ella, en las medida de las posibilidades personales de cada uno, bien asistiendo a los actos religiosos y eucarísticos que con tanto esmero planificamos, bien perteneciendo a la Junta de Gobierno, bien manifestando las opiniones e ideas que puedan enriquecernos en las reuniones o cabildos, bien colaborando en las actividades necesarias para lograr los objetivos propuestos, bien conviviendo unos con otros cada vez que las circunstancias lo requieran,... en definitiva, debemos proponernos, cada día, intentar por todos los medios posibles ser y hacer más HERMANDAD.

Para despedirme, os envió el más fraternal saludo y deseo que el Santísimo Sacramento ilumine nuestros actos y que nuestra santas imágenes, Cristo Resucitado, Virgen del Rosario y San Bartolomé, nos guíen para mejor socorrer a los demás.