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El
Campanillo |
José Manuel Navarro Domínguez. Licenciado en Geografía e Historia.
LA
ESCULTURA DE SAN BARTOLOMÉ.
Tras la restauración del retablo mayor de nuestro parroquial hemos podido apreciar el cambio de ubicación de la imagen de San Bartolomé, que ha sido trasladada desde su ubicación original en la hornacina de la calle de lado del Evangelio. Su colocación en la calle del lado de la Epístola, no responde, como se ha comentado, a que así estuviese antes de la Guerra Civil. En la fotografía y en los inventarios conservados se puede comprobar que S. Bartolomé estaba ubicado en su hornacina del lado del Evangelio.
La imagen original, tallada en una posición más frontal que la imagen actual, fue destruida en los primeros días de la Guerra Civil y sustituida por la que podemos contemplar hoy día. Ésta nueva talla presenta el cuerpo del apóstol ligeramente girado hacia su derecha, por lo que, una vez ubicado en su hornacina se veía orientado hacia la izquierda, "mirando" hacia fuera, hacia el lugar ocupado por el coro. Considerando que ni la talla de S. Bartolomé ni la de S. Lorenzo son los originales son las originales del retablo (en el original figuraba S. Francisco de Asís), se ha optado, por criterio estético, cambiarla de hornacina y que quedase la imagen del apóstol orientada "mirando" hacia el centro del altar.
La escultura actual, es obra del tallista sevillano Sebastián Santos Rojas y fue encargada por el Ayuntamiento siendo Alcalde-Presidente de la Comisión Gestora Municipal, que por entonces gobernaba la población, Marcelino Pérez Calvo.
Sustituye a la anterior escultura, que fue destruida en la noche del 19 de julio de 1.936. Durante muchos años la villa no contó con una imagen del patrón pues otros problemas más urgentes merecían la atención del Ayuntamiento, en una población que debía recuperarse de la guerra.
La primera iniciativa municipal
en firme para realizar la escultura se efectúa en el año 1.944.
El 30 de septiembre de ese año, el gestor municipal Leocadio Arias Martínez,
propone al pleno:
"... reponer en la parroquia la imagen del Apóstol San Bartolomé,
patrono de la villa, que fue destruida en la revolución del año
1.936... que el Ayuntamiento tome por su cuenta devolver a nuestra iglesia el
culto a dicho Santo Patrono mediante la adquisición de una talla que
le represente". (1)
La comisión la componen el propio Leocadio Arias Martínez y los miembros de la Comisión Gestora Municipal Jesús Carmona Ríos y Heraclio Jiménez Vallejo. El presupuesto inicial se estableció en 10.000 ptas. Tras consultar con varios tallistas sevillanos la comisión acordó concertar el trabajo con Sebastián Santos.
El 6 de mayo de 1.945 se firma el contrato con el escultor sevillano con las siguientes condiciones:
La talla se efectuará en madera de ciprés, con un total de un metro cuarenta centímetros de altura incluyendo la peana, que no debía superar los doce centímetros. La talla será estofada en oro fino. (2)
Antes de comenzar la talla definitiva presentará el escultor un boceto en madera a escala que podrá ser corregido por la comisión. El precio de la escultura quedó fijado en 8.600 pesetas a pagar en tres plazos: dos mil una vez aceptado el boceto por la comisión, tres mil a la finalización de la talla y el resto a la entrega de la imagen.
La fecha de entrega quedaba
fijada para el 30 de septiembre de ese mismo año pero el escultor se
esforzaría por tenerla lista para ser bendecida el día 24 de agosto,
festividad del apóstol. (3)
Además, por las 1.400 pesetas restantes el escultor se compromete a entregar
al ayuntamiento el boceto en madera, en miniatura, convenientemente policromado
con lo que se agotaba el presupuesto inicialmente previsto.
Es de interés señalar que previamente se había desestimado un presupuesto alternativo, del escultor Rafael Fernández del Toro, para una escultura de un metro veinte centímetros, dorada en oro fino, estofada y policromada por 10.500 ptas. (4) En este proyecto, del que conservamos un boceto, la imagen del apóstol se representaba con el brazo alzado enarbolando el alto el cuchillo.
En el verano de 1.945, con objeto de celebrar la festividad de S. Bartolomé se había preparado un programa excepcional para celebrar la bendición de la imagen. Pero diversos retrasos en el proceso de talla hicieron imposible que estuviese terminada para la fecha fijada. A pesar de no contar con la presencia de la imagen titular, el Ayuntamiento decidió llevar adelante el programa de festejos en la festividad del patrón.
Se había dirigido un oficio a la Delegación Provincial de Trabajo solicitando para el día 24 de agosto la consideración de día festivo a efectos locales. Tras la aceptación por dicha delegación, quedó fijada la fecha como fiesta local no recuperable a efectos laborales por ser fiesta de precepto, establecida por la autoridad eclesiástica con obligación de decir misa y abstención de trabajos manuales. El Ayuntamiento procedió a publicar el bando correspondiente prohibiendo el trabajo el día 24 de agosto.
En la víspera, el día 23, a las ocho de la tarde, se sortearon en el salón de plenos del Ayuntamiento varias casas de la nueva barriada de S. Bartolomé entre los solicitantes. Durante el día la banda de música se paseó por las calles, acompañada de cohetes para anunciar a la población la fiesta.
"Al rayar el día las alegres notas de la diana, interpretadas por nuestra banda," (5) invitarían a la población a disfrutar del día señalando el comienzo de la fiesta.
Sobre las diez de la mañana
las autoridades locales recibieron al Gobernador Civil y otras autoridades provinciales
en la "Venta Raga", (hoy bar Ortega), punto estratégico para
la entrada en Mairena. Desde allí se desplazaron a la parroquia para
asistir a la solemne misa que se celebró a las diez y media. La ofició
el párroco Enrique Pruquer y en ella predicó el padre Luis Fernández
Cala, que dedicó su prédica a cantar las glorias del apóstol.
Tras la misa, en la misma barriada, el Gobernador Civil entregó las llaves
de las viviendas a los afortunados del sorteo de las casas. También el
C. D. Mairena quiso unirse a la celebración con un partido de fútbol
honorífico dedicado al patrón.
En sustitución de la procesión de la imagen, que no podía celebrarse por no estar terminada, en la tarde-noche del día 24 se ofreció a la población un concierto de la banda municipal en la "Plaza de las Flores" (entonces de José Calvo Sotelo), con elevación de globos fantoches.
El fin de fiesta consistió en un castillo de fuegos artificiales instalado en la calle Ancha (entonces José Antonio), frente al Arco. El castillo de fuegos artificiales costó 470 pesetas y consistió en un espectáculo pirotécnico similar al realizado en la feria de ese mismo año con el añadido de varias docenas de cohetes, tres ruedas voladoras y dos docenas de cañones.
Finalmente a mediados de diciembre el escultor terminó la talla de la imagen y entregó la obra al dorador para dorarla y estofarla, labor que concluye, según informa en carta dirigida al Ayuntamiento, el 31 de diciembre de 1.945.
Las esculturas es entregada al Ayuntamiento el 24 de marzo de 1.946 a la una del mediodía, en el salón de actos de la casa consistorial, contando con la presencia del Gobernador Civil, Fernando Coca de la Piñera. El alcalde, Marcelino Pérez Calvo entregó la imagen al párroco de la villa, Enrique Pruquer Oropesa, "en presencia de las autoridades locales, de representaciones de calidad de la población y numeroso público" (6)
En ese solemne acto fue bendecida la imagen y donada en propiedad a la iglesia. A continuación fue trasladada en procesión a la iglesia parroquial para exponerla al culto.
1. Archivo Municipal de Mairena, leg. 168, exp. San Bartolomé, 1.945.
2. El estofado es un procedimiento escultórico que consiste en: cubrir la escultura con una capa de oro fino, adherida a una previa de bol; tapar el oro con la pintura policroma de cobertura; y raspar ésta para dejar el oro formando ramos o líneas que embellecen los ropajes de la talla.
3. Archivo Municipal de Mairena, leg 168, exp. San Bartolomé, 1.945. Se cumplieron todas excepto la fecha de entrega.
4. Fue rechazado por el elevado coste, que superaba la previsión de la comisión, y por el reducido tamaño.
5. Archivo Municipal de Mairena, leg. 168, exp. San Bartolomé, 1.945. Texto del bando anunciador de las fiestas.
6. Archivo Municipal de
Mairena, leg. 168, exp. San Bartolomé, 1.945. Acta de entrega.