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El
Campanillo |
Acta
de Donación del Señor Resucitado.
DECLARACIÓN DE RAZONES
QUE INTERVINIERON EN LA REALIZACIÓN DE LA IMAGEN DE JESÚS SACRAMENTADO,
EN MAIRENA Y PARA MAIRENA.
El Señor Resucitado
Dada la religiosidad con
que me crié, desde mi infancia fui atesorando los consejos de mi querida
y cristiana madre, así como de todos los párrocos que conocí,
quienes infundaron en mí la idea de que tener a Cristo Resucitado en
nuestra parroquia sería un estupendo colofón a las magníficas
procesiones de nuestra Semana Santa.
Así, al pasar de los años, fue la Hermandad Sacramental de Mairena
la que me brindó la oportunidad de realizar lo que desde antaño
tenía en mente. Corría la década de los noventa cuando
me lo propusieron, pues existía un proyecto para hacer un Cristo y recayó
en mi humilde persona la responsabilidad de esculpirlo, apoyado siempre por
nuestros sacerdotes.
Fue lo que se suele llamar una suerte, pues veía cumplido
aquel deseo desde niño tenía, en la figura de mi querida y recordada
madres y en la de nuestros párrocos, que casi desde el principio de mi
carrera me lo habían ofrecido, si bien nunca se había podido hacer
por motivos ajenos a mi voluntad.
Puse manos a la Obra del Señor de forma totalmente altruista,
sólo con el amor y la devoción en mi alma y en mi gubia, y siempre
al servicio de la Iglesia y de la Hermandad, la cual se comprometió y
así lo hizo, en correr con los gastos propios y mínimos de los
materiales de la obra y técnicos colaboradores en talla, vaciado, dorado,
etc.
Se firmó el acuerdo en las siguientes condiciones:
1º Que siempre se considerase esta imagen de Cristo Resucitado, la realizaba
para los fieles de Mairena del Alcor, o de otras localidades que hasta aquí
se desplacen.
2º Que su fin fuese el culto en Mairena, previa aprobación eclesiástica
o parroquial.
3º Y resumiendo las anteriores condiciones, esta imagen queda en propiedad
de la Hermandad Sacramental de Mairena del Alcor para su Culto, cuidado y cumplimiento
de demás acuerdos que el Cabildo pueda adoptar, en todo caso, con la
Autorización Eclesiástica y sin que ello incluya el derecho de
venta, traspaso o cesión a ninguna persona o corporación ya que
la Imagen debe ser considerada como un bien de los fieles administrado por la
Hermandad.
Esperando haber cumplido el deseo de mis mayores y el mío propio, pido
a Jesús Sacramentado que por siempre la imagen del Señor
Resucitado sea de la Hermandad Sacramental para que generaciones venideras
puedan rendirle culto que nosotros le rendimos.
Que Dios, Nuestro Señor Jesús, Sacramentado y Resucitado, esté con todos nosotros.
Firmado en Mairena del Alcor, hoy, día de Santa Cecilia, 22 de noviembre de 2002
Antonio Gavira Alba -Escultor-
NOTA.- Texto leído en la cena homenaje a Don Antonio Gavira, celebrada en el Cine, al ser nombrado HERMANO HONORARIO de esta Hermandad Sacramental.