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El
Campanillo |
Mensaje
del Hermano Mayor. ¡Alabado sea Jesús Sacramentado!
Antonio
Fernández Mellado
Queridos Hermanos:
Quiero que mis primeras palabras, aunque sencillas y modestas, estén
impregnadas de amor hacia Jesús hecho Sacramento, y que este deseo llene
todos nuestros hogares cuando de nuevo se acerca nuestra fiesta mayor: EL CORPUS.
Así pues, que el amor de Jesús convertido en luz y fraternidad
cautive nuestras vidas.
Después, debo de decir que la vida de nuestra Hermandad ha estado marcada
por dos hechos muy concretos en este año pasado.
El primero ha sido la compra de una casa. A finales de verano pasado surgió
la oportunidad de comprar dicha casa en la calle San Bartolomé. Aunque
ésta era una necesidad antigua y puesta sobre la mesa en bastante reuniones
de la Junta de Gobierno de los últimos años, fue ahora cuando
muchos de los actuales miembros de la citada Junta nos los planteamos seriamente.
Por un lado estaba la necesidad de la misma, ya que se quería disponer
de un lugar de encuentro para todos los hermanos, así como de un sitio
para conservar y mostrar nuestros enseres y bienes de forma digna, pues la Sala
de Hermandad en la parroquia se ha quedado pequeña. Además, se
pretendía contar con un lugar propio para reuniones y actos, como la
presentación del cartel del Corpus o la convivencia del día del
Rosario de la Aurora, etc..
Pero, en el otro lado del platillo estaba el esfuerzo humano que nos supondría
a todos el conseguirlo. Se convocó en primer lugar, como es conocido
por todos Uds., un Cabildo Extraordinario, y en él fue aprobada la adquisición
de la casa por una gran mayoría. Se nombró, entonces, una Comisión,
integrada por Manuel Morales, Miguel Guillén y un servidor, para visitar
a los Hermanos y pedirles su aportación. Hoy, cuando todavía no
se ha cumplido un año del primer planteamiento, debe ser un orgullo para
todos nosotros saber que la CASA HERMANDAD DE LA SACRAMENTAL es una realidad.
Sin duda detrás, vendrán quienes la mejorarán, pero gracias
a la ayuda de todos ya contamos con ella.
El segundo hecho, al que hacía referencia, fue pagar una "vieja
deuda" con uno de nuestros hermanos, como fue reconocer públicamente
los méritos contraídos por Don Antonio Gavira con esta Hermandad,
por su trabajo y por la donación del Cristo Resucitado. Se le nombró,
como en su día se acordó en Cabildo General, Hermano Honorario,
y se le impuso la Insignia de Oro de la Hermandad en unos entrañables
actos celebrados el día 22 de noviembre en la parroquia, en una Misa
de Acción de Gracias, y en el Restaurante el Cine, donde se celebró
una Cena-Homenaje en su honor. Él respondió con la donación
de una obra pictórica suya para la Hermandad.
Para despedirme, sólo me queda enviaros el más fraternal saludo
y el deseo que el Santísimo Sacramento ilumine todos nuestros actos y
que nuestras santas imágenes, Cristo Resucitado, Virgen del Rosario y
San Bartolomé, nos guíen para mejor socorrer a los demás.