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El Campanillo
Hermandad Sacramental

Edición Digital 2005

“Mairena del Alcor. Ejemplares figuras de caridad”. Joaquín Ruíz Campos

Pretendemos con estos apuntes dar a conocer los nombres y vida ejemplar de algunas naturales de la villa de Mairena del Alcor, que se ejercitaron en obras de caridad al servicio de pobres enfermas incurables y ancianas desamparadas, acogidas en el Hospital del Santísimo Cristo de los Dolores, conocido por el Pozo Santo, en Sevilla.
Cuando la venerable madre Marta de Jesús se dedicaba a solicitar limosnas para la creación y sostenimiento de un hospital para peregrinos en Cabrilla del Santo Cristo, envió a Sevilla a su compañera la venerable madre Beatriz Jerónima de la Concepción, con el fin de recaudar limosnas a dicho efecto; luego, más tarde, proyecto la creación de un hospital para recoger enfermas pobres e incurables, como así efectuó.

Desde un principio no instituyó ninguna Congregación u Orden de carácter particular, sino solamente se fueron reuniendo con ella varias personas que, vistiendo y profesando la Regla de la Orden tercera de San Francisco de Asís, querían vivir en comunidad dedicadas a la asistencia de las pobres enfermas, observando, además, de la Regla de la Tercera Orden, unos estatutos para el régimen interior del hospital y administración del mismo; estatutos que luego se llamaron “Regla Primera de Gobierno”, escrita por el padre Juan de Cárdenas, de la Compañía de Jesús, la que fue aprobada por el ilustrísimo señor Don Ignacio de Spinola y Guzmán, Arzobispo de Sevilla, en 24 de diciembre de 1682.

Entre las numerosas personas que solicitaron e ingresaron en dicho hospital, para el servicio de los pobres enfermas, encontramos las siguientes, todas naturales y vecinas que fueron de Mairena del Alcor:

La madre Isabel de San Francisco, hija de Bernardo Domínguez y de María Santiago, ingresó al servicio del hospital en Diciembre de 1684, falleció en 26 de septiembre de 1728, de ella se dice en el libro de los entierros, que sirvió a las pobres durante cuarenta y cuatro años, los treinta primeros fue enfermera, (los) doce siguiente limosnera, “ejercitó con gran caridad y vigilancia” su cargo de enfermera y “cumplió exactamente con su cargo de limosnera”. Los dos años últimos de su vida estuvo enferma en cama. Fue elegida madre segunda, cargo que no pudo desempeñar a causa de su enfermedad. Consta en dicho libro que “fue mujer muy ejemplar y de gran celo”.

La madre Antonia Díaz de San Basilio, hija de Antonio Díaz y de Ana Pedraza, que ingresó al servicio de este hospital en 15 de Abril de 1692, y fue enfermera durante cuarenta y cuatro años.

La madre Isabel del Espíritu Santo, según consta por el libro de ingresos, tenía cinco años cuando entró para el servicio del hospital en 21 de Julio de 1725, hija de Juan García y de Josefa Sanabria. En 27 de Octubre de 1729 se marchó a su casa (se desconoce la causa), volviendo en 13 de junio de 1730, a incorporarse al servicio del hospital, en el cual se mantuvo hasta su muerte ocurrida en 13 de septiembre de 1804, a la edad de 84 años.

Otras muchas más constan que mediante una vida ejemplar piadosa, buscaban su santificación haciendo el ejercicio de la caridad con las pobres incurables.

Basten las reseñadas para honor de la villa de Mairena, para estímulo de sus paisanos y para que no se pierda memoria de tan ejemplares mujeres.

Gracias a la importante labor de investigación y recopilación de Don Miguel Labrador, ha sido posible la recuperación de este artículo, que en su día publicó El Correo de Andalucía allá por los años sesenta.