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ENTREVISTA A D. JACINTO GAVIRA
Dedicamos este espacio, ya clásico en nuestro boletín, a conocer las vivencias de un hermano muy significativo en nuestra Hermandad, se trata de Don Jacinto Gavira Bautista. Ha sido, a lo largo de toda su vida un buen hombre, un buen cristiano, y además un buen sacramentalista. Estamos seguro que después de leer estas líneas todos amaremos un poco mejor a nuestra Hermandad, a la que él, como miembro destacado, dedicó siempre parte de su tiempo y no pocas oraciones.
Jacinto, ¿cómo 
  comenzarías esta entrevista?
  Pues confesando que para mí es un gran orgullo y privilegio que se hayan 
  acordado de mi persona, y más en este año que S. S. Juan Pablo 
  II ha otorgado a la Eucaristía.
  Yo vivo con mucha ilusión todas las cosas de nuestra Hermandad, como 
  hermano y cristiano, y deseo que a todos los lectores de esta revista le guste 
  la entrevista.
  
  ¿Desde cuándo pertenece a nuestra Hermandad? 
  Debió ser por el año de 1942, yo entonces regresé a Mairena, 
  pues había pasado una época con un tío mío que era 
  sacerdote. Tendría yo quince años, y también fue cuando 
  entré a trabajar de mancebo en la farmacia de Don Manuel Jiménez, 
  que ha sido mi profesión, como sabéis, toda mi vida. 
¿Cómo era 
  la hermandad hace unas décadas?
  Era una hermandad mucho más pequeña, con menos hermanos y medios. 
  A mí me apuntó Rafael Carrión. Siempre que podía, 
  pues el trabajo entonces era de muchas horas y de todos los días, yo 
  hacía lo que podía, y junto con Sebastián Sicardo y Rafael 
  Carrión llevábamos la Hermandad como podíamos, aunque también 
  hay que recordar que entonces teníamos menos cultos. 

¿Cómo vives 
  los cultos que organizamos?
  Como hermano veterano de forma muy íntima y con alegría espiritual, 
  sobre todo cuando llega el Jueves Santo, que es cuando conmemoramos la última 
  cena de Jesús, el momento en que hecho EUCARISTÍA por amor a nosotros 
  se nos presenta en los Santos Oficios a prepararnos para la estación 
  de penitencia. 
¿Qué recuerdo 
  tiene de algunas personas representativas de esta hermandad?
  Me acuerdo nuevamente de Rafael y Sebastián, que en gloria estén. 
  Ellos hicieron tanto por mantener la hermandad. Sebastián era muy trabajador, 
  hacía los recibos y las citaciones por años adelantados. Y Rafael 
  tan pendiente continuamente de todo, de las procesiones, de los cultos, de las 
  necesidades
 A mí siempre me decía Jacinto tú 
  coge tu estandarte. Y yo me llevé años y años, siempre 
  con el estandarte el día del Corpus, y en cuantas ocasiones era necesario. 
  
  Después, cuando pasaron unos años, me metí de nuevo en 
  la Junta cuando fue Hermano Mayor Manuel José Guillén, que me 
  pidió que entrase para aportar mi experiencia, y yo no me negué 
  a un nuevo proyecto que él empezaba para revitalizar a la Hermandad. 
  Cuando él se fue, seguí con el actual Hermano Mayor, Antonio Fernández, 
  y mientras pueda y quieran los que están por venir yo aportaré 
  mi pequeño granito de arena. 
  A veces, me preocupa que pueda defraudar a quienes confiaron o confían 
  en mí
 pero yo procuro, por activa y por pasiva, hacer todo lo que 
  puedo por amor al Santísimo Sacramento.
Sabemos que has estado en 
  otras hermandades y asociaciones parroquiales
  Si, desde siempre además pertenecí a la Hermandad de la Humildad, 
  también aún soy miembro activo de la Adoración Nocturna, 
  y nunca podré olvidar los muchos años que estuve en la Acción 
  Católica, doce de ellos como Presidente. Entonces era un movimiento muy 
  fuerte en Mairena, y a él pertenecía toda la juventud cristiana. 
  Desarrollábamos muchas actividades distintas, los domingos después 
  de misa íbamos a la sacristía de la capilla del Cristo y teníamos 
  una hora de reflexión y estudio, visitábamos a los enfermos y 
  ayudábamos al párroco en todas las necesidades que tenía 
  la parroquia, salíamos hasta por la calle para pedir, le dábamos 
  lo que recogíamos y él lo repartía.

  
  Cuando me casé los jóvenes de la Acción Católica 
  me prepararon una ceremonia grandiosa, adornaron el Altar Mayor hasta con la 
  Virgen de los Dolores y un cuadro del Cristo de la Cárcel de Antonio 
  Gavira, nos hicieron un pasillo precioso con candeleros y alfombras rojas desde 
  la puerta de la calle hasta el altar, pusieron las banderas de la Acción 
  Católica en el retablo, nos organizaron incluso la ceremonia de las velaciones, 
  aquella en la que se colocaba sobre los novios el paño de hombros
 
  por último, se encargaron del convite en el centro parroquial. Fue algo 
  inolvidable.
¿Cómo te gustaría 
  terminar esta entrevista?
  Dirigiéndome a los más jóvenes de la Hermandad, para decirles 
  que la juventud es indispensable para nosotros, que los necesitamos, que estén 
  siempre dispuesto para trabajar por y para la Hermandad, y más en esta 
  que tiene como objetivo único conocer y amar a Cristo.
  
  ¿Qué mensaje eucarístico o consejo nos enviaría 
  a todos los hermanos?
  Pues tomando las palabras de S. S. Juan Pablo II, quiero decirle a todos los 
  hermanos de la Sacramental: No tengáis miedo, seguir adelante 
  con vuestras convicciones cristianas en el mundo actual, que la recompensa será 
  grande. Todos debemos sentirnos unidos, y si se nos presentan problemas debemos 
  ser capaces de solucionarlos juntos, de comprender y perdonar a los demás, 
  y de compartir con todos lo mejor que cada uno tengamos.
LA REDACCIÓN