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El Campanillo
Hermandad Sacramental

Edición Digital 2005

ENTREVISTA A D. JACINTO GAVIRA

Dedicamos este espacio, ya clásico en nuestro boletín, a conocer las vivencias de un hermano muy significativo en nuestra Hermandad, se trata de Don Jacinto Gavira Bautista. Ha sido, a lo largo de toda su vida un buen hombre, un buen cristiano, y además un buen “sacramentalista”. Estamos seguro que después de leer estas líneas todos amaremos un poco mejor a nuestra Hermandad, a la que él, como miembro destacado, dedicó siempre parte de su tiempo y no pocas oraciones.

Jacinto, ¿cómo comenzarías esta entrevista?
Pues confesando que para mí es un gran orgullo y privilegio que se hayan acordado de mi persona, y más en este año que S. S. Juan Pablo II ha otorgado a la Eucaristía.
Yo vivo con mucha ilusión todas las cosas de nuestra Hermandad, como hermano y cristiano, y deseo que a todos los lectores de esta revista le guste la entrevista.

¿Desde cuándo pertenece a nuestra Hermandad?
Debió ser por el año de 1942, yo entonces regresé a Mairena, pues había pasado una época con un tío mío que era sacerdote. Tendría yo quince años, y también fue cuando entré a trabajar de mancebo en la farmacia de Don Manuel Jiménez, que ha sido mi profesión, como sabéis, toda mi vida.

¿Cómo era la hermandad hace unas décadas?
Era una hermandad mucho más pequeña, con menos hermanos y medios. A mí me apuntó Rafael Carrión. Siempre que podía, pues el trabajo entonces era de muchas horas y de todos los días, yo hacía lo que podía, y junto con Sebastián Sicardo y Rafael Carrión llevábamos la Hermandad como podíamos, aunque también hay que recordar que entonces teníamos menos cultos.

¿Cómo vives los cultos que organizamos?
Como hermano veterano de forma muy íntima y con alegría espiritual, sobre todo cuando llega el Jueves Santo, que es cuando conmemoramos la última cena de Jesús, el momento en que hecho EUCARISTÍA por amor a nosotros se nos presenta en los Santos Oficios a prepararnos para la estación de penitencia.

¿Qué recuerdo tiene de algunas personas representativas de esta hermandad?
Me acuerdo nuevamente de Rafael y Sebastián, que en gloria estén. Ellos hicieron tanto por mantener la hermandad. Sebastián era muy trabajador, hacía los recibos y las citaciones por años adelantados. Y Rafael tan pendiente continuamente de todo, de las procesiones, de los cultos, de las necesidades… A mí siempre me decía “Jacinto tú coge tu estandarte”. Y yo me llevé años y años, siempre con el estandarte el día del Corpus, y en cuantas ocasiones era necesario.
Después, cuando pasaron unos años, me metí de nuevo en la Junta cuando fue Hermano Mayor Manuel José Guillén, que me pidió que entrase para aportar mi experiencia, y yo no me negué a un nuevo proyecto que él empezaba para revitalizar a la Hermandad. Cuando él se fue, seguí con el actual Hermano Mayor, Antonio Fernández, y mientras pueda y quieran los que están por venir yo aportaré mi pequeño granito de arena.
A veces, me preocupa que pueda defraudar a quienes confiaron o confían en mí… pero yo procuro, por activa y por pasiva, hacer todo lo que puedo por amor al Santísimo Sacramento.

Sabemos que has estado en otras hermandades y asociaciones parroquiales…
Si, desde siempre además pertenecí a la Hermandad de la Humildad, también aún soy miembro activo de la Adoración Nocturna, y nunca podré olvidar los muchos años que estuve en la Acción Católica, doce de ellos como Presidente. Entonces era un movimiento muy fuerte en Mairena, y a él pertenecía toda la juventud cristiana. Desarrollábamos muchas actividades distintas, los domingos después de misa íbamos a la sacristía de la capilla del Cristo y teníamos una hora de reflexión y estudio, visitábamos a los enfermos y ayudábamos al párroco en todas las necesidades que tenía la parroquia, salíamos hasta por la calle para pedir, le dábamos lo que recogíamos y él lo repartía.



Cuando me casé los jóvenes de la Acción Católica me prepararon una ceremonia grandiosa, adornaron el Altar Mayor hasta con la Virgen de los Dolores y un cuadro del Cristo de la Cárcel de Antonio Gavira, nos hicieron un pasillo precioso con candeleros y alfombras rojas desde la puerta de la calle hasta el altar, pusieron las banderas de la Acción Católica en el retablo, nos organizaron incluso la ceremonia de las velaciones, aquella en la que se colocaba sobre los novios el paño de hombros… por último, se encargaron del convite en el centro parroquial. Fue algo inolvidable.

¿Cómo te gustaría terminar esta entrevista?
Dirigiéndome a los más jóvenes de la Hermandad, para decirles que la juventud es indispensable para nosotros, que los necesitamos, que estén siempre dispuesto para trabajar por y para la Hermandad, y más en esta que tiene como objetivo único conocer y amar a Cristo.

¿Qué mensaje eucarístico o consejo nos enviaría a todos los hermanos?
Pues tomando las palabras de S. S. Juan Pablo II, quiero decirle a todos los hermanos de la Sacramental: “No tengáis miedo”, seguir adelante con vuestras convicciones cristianas en el mundo actual, que la recompensa será grande. Todos debemos sentirnos unidos, y si se nos presentan problemas debemos ser capaces de solucionarlos juntos, de comprender y perdonar a los demás, y de compartir con todos lo mejor que cada uno tengamos.

LA REDACCIÓN