|
|
El
Campanillo |
LA VIRGEN NIÑA. Hilemórfico
"Qué alegría,
vivir,
sintiéndose vivido".
Pedro Salinas.
Allá por el mes de
septiembre del año 1970, nuestra Maestra Dª Isabel Esquivel (1913-1999),
recibió un precioso homenaje de la primera promoción de antiguas
alumnas que tuvo en Mairena del Alcor. En su casa, en su Escuela Unitaria nº
1 de la calle Arrabal, 42, le ofrecieron una imagen de la "Virgen Niña",
de 90 centímetros de altura, sosteniendo en sus manos un libro abierto
y en la peana una inscripción con el siguiente texto: "Que la que
fue nuestro modelo, lo siga siendo de las futuras generaciones".
En solemne Misa celebrada en el mismo salón donde se impartían
las clases, fue bendecida por el sacerdote destinado en Mairena, D. Juan Antonio
Fernández Pérez.
Desde ese 10 de septiembre, la imagen le acompañaría durante toda
su vida. Así, cuando fruto de la Ley General de Educación de 1.970
que supone la tendencia progresiva a concentrar en grandes centros al profesorado
se refunden las Graduadas nº 4 y nº 5 pasando a formar parte del Colegio
Nacional María Inmaculada ("El Chorrillo"), donde por algún
tiempo ejerció como Directora provisional, la Virgen es trasladada a
las instalaciones del nuevo Grupo Escolar, permaneciendo aquí hasta la
fecha de su jubilación el 1 de octubre de 1982.
En la amplia aula del comedor del colegio cada sábado brillaba la imagen
en la celebración de la Misa. Su mirada dulce, atenta y comprensiva.
Eternamente joven, cercana a los niños, guía y modelo de alumna,
expectante a la llamada de los más jóvenes. Amor a la Virgen y
a las virtudes de la mansedumbre, la afabilidad y la dulzura que, imbuida por
su formación en la Institución Teresiana, Isabel supo transmitir
a la perfección con su magisterio.
Pero tuvieron que hacer el camino de regreso a la finalización de su
carrera profesional. Ese día, se despidieron de María Domínguez
y tomaron las calles colindantes al colegio hasta llegar a la calle Arrabal.
Ya en su casa, siempre fue la compañera fiel de la "señorita
Esquivel", la que mantuvo su ilusión juvenil, la que nutrió
su entusiasmo, la que le aportó su energía, la que alimentó
su pasión y romanticismo por Rafael, su marido. Además, su casa
siempre estuvo animada por las frecuentes visitas de nietos y bisnietos que
así mismo miraban con amor a la "virgencita". Fueron muchas
las ocasiones en que pude contemplar a su bisnieta Margarita, de corta edad,
con las manitas unidas, rezando el Padrenuestro y el Avemaría, tal como
se lo enseñó Pepita Zamora. ¡Qué pasión la
suya por la Virgen Niña!, ¡Qué ojos más preciosos
fijados en la mirada dulce de la Virgen!, ¡Qué complicidad de amor
entre ambas!
Esa complicidad con la juventud es la que ha hecho que los cofrades más
jóvenes de Mairena, la Agrupación Parroquial del Cautivo, solicitaran
de la familia Carrión Esquivel la imagen para construir un altar en el
Corpus Christi del año 2004. Ellos, que mantuvieron largas conversaciones
con Rafael Carrión, ávidos de aprender sobre el mundo de las hermandades,
visionar fotos antiguas y deseosos de escuchar el devenir de toda una vida dedicada
a la Iglesia, sabían la respuesta. No podía ser de otro modo.
La autorización estaba concedida, porque Rafael e Isabel desde el Cielo
así lo habían dispuesto.
Se han abierto las puertas de la casa, las que dieron entrada a la alegría
de multitud de corazones deseosos de aprender, ilusionados por ocupar un puesto
en la vida y conocer su valía. Portada por la voluntad de Isabel y Rafael
la Virgen Niña se ausenta de la casa. Equilibrada y mesuradamente baja
la calle Arrabal hasta llegar a la Plaza de las Flores. Se acercan a rezar al
Santísimo Cristo de la Cárcel, eje de nuestra fe. Saludan a Jacinto
Gavira, el que tantas veces llamara telefónicamente al matrimonio para
"hablar con el Cielo", continuando su andadura por la calle Ancha
hasta llegar a la casa natal de D. José Mª del Rey Delgado. Aquí
es el emplazamiento elegido.
Entre helechos, aspidistras, gladiolos blancos y rosados, sahumerio de incienso,
paños de ganchillo, banderín cofrade y los mejores frutos que
la tierra ha dado al hombre, la Virgen Niña, entronizada por los más
jóvenes, vuelve a brillar en un día de radiante sol.
La infancia mairenera, engalanada con sus angelicales vestimentas de Primera
Comunión, pisando las juncias esparcidas por el asfalto, avanzan para
ser testigos de la mejor simbiosis de amor: las manos entrelazadas de la Virgen
Niña - Isabel - Rafael -Infancia y Juventud mairenera que al unísono
cantan ¡Alabado sea el Santísimo Sacramento!
Hilemorfico.