Un hermano

En muchos momentos de nuestra vida, aparece la monotonía….sí, ya sabes a lo que me refiero….el despertador, el trabajo, vida familiar, amigos, días festivos....que hacen que el aburrimiento llegue, incluso, hasta tu vida espiritual, hasta lo más profundo de tu persona; y sueles pensar: ¿otra vez lo mismo?

Alguna vez que otra, podemos caer en la tentación de "acostumbramos a un modelo de Cristo creado por nosotros mismos". Aunque parezcan duras y radicales estas palabras, los cristianos del siglo XXI, en este caso, los maireneros que seguimos a Jesús en Mayo de 2008, en ocasiones, mostramos a la sociedad la sensación de que se cumplen esas palabras.

Aquel Galileo, que yá murió y resucitó por la humanidad, nos invitó a seguir su camino, único camino, para llegar algún día a Él y que es, el del Amor, el Perdón y la Caridad; entiéndase lo de único camino como tener siempre presente en nuestras vidas, en todo momento, a ese Niño que nació en Belén. Y llega el momento de preguntarnos, qué podemos hacer tú y yo, por ser distintos de esta sociedad de la superficialidad, de la tontería y de la mentira.

¡Por qué no!….sonreír siempre al prójimo, ya sea amigo o enemigo, dedicarle tiempo a esa persona, a ese familiar, a esa vecina, que no sólo necesita Caridad económica, sino también, Caridad de tu tiempo y tus palabras para esa lucha diaria contra la soledad….¡Por qué no!….rezar por la paz, hacer y poner paz en mi casa, en la calle, en el fútbol, en los bares….¡ Por qué no!….hablar con naturalidad de Cristo, sin violencia ni vergüenza, perdonar a setenta veces siete sin rencor ni venganza ….

No se trata de hacer cosas extraordinarias sino de hacer cosas ordinarias, con nuestras virtudes y defectos, extraordinariamente bien (esto me lo dijo un día, hace un porrón de años, ese cura de Pilas, que tú y yo, tanto queremos). ¿Difícil? Ahí andamos… pero me han dicho un secreto, para seguir luchando y caminar siempre de frente: Eucaristía y mil veces Eucaristía.

Por cierto, ¿y lo del título a que viene? Si lo piensas, ir a contracorriente no es tan distinto que ser cristiano, ¿o no?