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CUARESMA
DE 2003
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EL
MUÑIDOR
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BOLETÍN
Nº 15
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Así con estas palabras,
salidas desde lo más hondo de mi corazón de hombre y de "jesuista",
he querido y quiero comenzar mi escrito, el contacto cuaresmal de vuestro hermano
mayor con todos y cada uno de los miembros de nuestra querida Hermandad de JESÚS
NAZARENO y de SU SANTÍSIMA MADRE DE LA AMARGURA.
Pues no quiero olvidar que juntos hemos puesto sobre mis hombros la alta responsabilidad
de regir los destinos de la Hermandad junto con el ramillete de hombres y mujeres
que conforman nuestra Junta de Gobierno, en estos próximos cinco años.
Difícil y gratificante a la vez el cometido, pero sin lugar a dudas ilusionado
y comprometido con y por la Hermandad, ya que como bien sabéis (y aquí
no necesito presentación alguna), vivo y así hago vivir a mi Junta
de Gobierno, los trescientos sesenta y cinco días del año para
la Hermandad, ofreciéndome y ofreciendo cuanto poseo y cuanto sé,
tanto de mi hogar como de mi experiencia en la vida y en la Hermandad. No tengáis
duda, pues sabed que mi entrega es de cuerpo y alma, amén de que respiran
mis poros por Jesús.
Mi lema sabéis que ha sido y será siempre "trabajar y trabajar,
por y para la Hermandad", y así nacen proyectos realizables y metas
conseguidas, donde cabe destacar los que anuncie en la presentación de
mi candidatura, es decir, retablo, paso Virgen, Casa-Hermandad, y aquellos que
con el tiempo y la aprobación de la Junta vayan saliendo.
Ilusión, mucha ilusión, tengo y veo en la nueva Junta de Gobierno
donde impera como ya habréis comprobado la juventud, ese divino tesoro
que tenemos la suerte de poseer, y que sin su extraordinaria colaboración
todo sería más difícil, pero con madurez y juventud, todo
al servicio de la Hermandad de nuestros amores, cualquier meta es alcanzable,
por ello quiero aprovechar la ocasión para dar mis más sinceras
gracias a ellos, a los miembros de mi Junta que de una forma totalmente entregada
me han dicho sí, un SÍ con mayúsculas a mí y a la
Hermandad que todos llevamos dentro, a igual que daros también mis más
sinceras gracias a todos los que habéis puesto vuestra confianza en mi
humilde persona al elegirme vuestro hermano mayor, a todos los que me votaron
y a los que no, ya que como bien sabéis los hermanos de Jesús,
yo no personalizo, para mí sólo importa la Hermandad y todos y
cada uno de los hermanos que la componen, pues me tenéis a vuestra entera
disposición, y con los brazos y las puertas abiertas para atenderos y
daros el abrazo de hermano.
Vamos todos juntos, luchemos por este patrimonio ejemplar y maravilloso que
nuestros mayores nos legaron y que nosotros hemos y podemos mantener y ampliar.
Seguid dando ese do de pecho que en todo los órdenes de la vida damos
para ser hombres y mujeres al servicio de la comunidad, de la sociedad en que
vivimos y en la Hermandad que gustosamente pertenecemos.
Que nuestros actos sean cada vez más multitudinarios, más participativos,
más de Hermandad; y así veamos con orgullo la Ermita con olor
a Jesús Sacramentado en el Sagrario, viendo cada vez más cerca
el altar que con tanto amor estamos confeccionando.
Que nuestras cornetas y tambores alcen al cielo ese nuevo trabajo discográfico
para historia y orgullo de padres, novias, hermanas y sobre todo para la Hermandad
que los vio nacer.
Salgan proyectos y logrémoslo, aquí siempre encontrareis a un
hombre hermano de la Hermandad de Jesús, que tuvo el alto honor de ser
su Hermano Mayor, pero que siempre y por siempre será "jesuista"
por encima de todo.
Gracias queridos hermanos de Jesús y un fuerte abrazo en esta Cuaresma
del año del Señor del dos mil tres.
Antonio Jiménez
Rodríguez
HERMANO MAYOR