¡QUE GUAPA
VA LA AMARGURA!
El nazareno Jesús
hacia el calvario camina
va coronado de espinas
lleva en sus hombros la cruz.
Su madre lo va siguiendo
llorando desconsolada,
por San Juan acompañada
de la ermita va saliendo.
Su marcha procesional
en la calle está sonando,
y el capataz va marcando
la primera "chicotá".
La ermita queda a oscuras
cuando sale ese lucero,
fíjate bien mairenero
¡que guapa va la Amargura!.
Bien en marzo o en Abril
Mairena madrugadora
se levanta con la aurora
solo por verla salir.
Es una rosa morena
que riega su propio llanto,
mañana de Viernes Santo
por las calles de Mairena;
un manantial de emociones
a su paso va dejando,
y la van piropeando
las flores de los balcones.
¡como brilla su hermosura
bajo el sol mañanero!
fíjate bien mairenero
¡que guapa va la amargura!.
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El aire te va besando
llorando al verla llorar
y con pañuelo de azahar
sus lágrimas va secando;
lágrimas que son corales
y el sol se para por verlas,
sirve de estuche a esa perla
el palio con sus varales;
con gracia y rumor de fuente
transparente y cristalina,
se mueven las bambalinas
abanicando su frente;
por la plaza con ternura
la requiebra el saetero,
fíjate bien mairenero
¡que guapa va la Amargura!.
Con mis versos le entrego el alma entera
con mis versos mi amor yo le confieso,
si el alma le entrego con mis versos,
con mis versos le rezo a mi manera.
Si el espejo es el reflejo
del espejo de su cara
hasta el espejo llorara
si se mira al espejo;
la mira en la ermita entrando,
con pena la plazoleta
y un perfume de violeta
en el aire va quedando.
Quebrándose la cintura
la mecen sus costaleros,
¡mírala bien mairenero
que ya se va la Amargura.
Mairena del Alcor,
Semana Santa 2002
ISIDORO CRUZ RAMOS
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HACIA EL CALVARIO
Caminando hacia
el Calvario
Cristo va exhausto y herido,
Va sangrando y muy despacio
Con sudor y escalofríos,
Y ni un gesto acusador
Sobre quienes lo han prendío.
Ya en la calle la Tajea,
De grandes recuerdos míos,
Y en los postes del Castillo
Le acompaña un gran gentío.
Las murallas le saludan
Y los olivos raíos
A Jesús el Nazareno
El mejor de los nacíos.
Detrás le
sigue su Madre
Con su pena y amargura
Por la mucha ingratitud.
¡Madre mía de la Amargura!
Eso es lo que sientes tú
Al ver a tu hijo humillado
Y cargado con la Cruz:
La Cruz de nuestros pecados.
JUAN MANUEL
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