CUARESMA DE 2005
EL MUÑIDOR
BOLETÍN Nº 17
mayrena.com

“CON LA IGLESIA HEMOS TOPADO”
No sé que pretenderán algunos señores, elegidos democráticamente por el ciudadano de a pie. La verdad, es que no me entra en la cabeza que quieran dejar de lado a la Santa Madre Iglesia, aunque ésta haya cometido muchos errores y más tarde pida perdón.

Como os digo, la Iglesia Católica se ha equivocado como cualquiera otra religión o institución, pero también nos ha dado innumerables lecciones de moral a todos nosotros. En una predicación de Monseñor D. Antonio Hiraldo Velasco en Santa Catalina, nos decía –votad con la cabeza y no con el estómago- y tenía toda la razón del mundo, porque acaso ¿el papel que desempeña Cáritas no es digno de elogiar, dando cobijo al que no tiene techo, dando de comer al hambriento o pagando libros para la escolarización de los más desfavorecidos?.

Por eso me parece absurdo que la clase política obligue a la Iglesia Católica a autofinanciarse.

Otro quebradero de cabeza es la anulación de la obligatoriedad de las clases de religión, cuando sólo se enseñan buenos principios morales para nuestros hijos, para que así hagan de este mundo un lugar mejor, más solidario, si cabe, o es que acaso, ¿es lo mismo ética que religión?.

Os pido que hagáis una pequeña reflexión porque creo que en lugar de construir un mundo de paz y amor, estamos construyendo una sociedad llena de odio y sin razón y pienso que anulando la financiación de la Iglesia perdemos parte importante de la idiosincrasia de un pueblo que siempre ha sido católico porque así lo hemos querido y heredado. Una serie de personas no pueden decidir el destino de la Institución de la Iglesia Católica en España.
UN HERMANO

“EL AMOR A DIOS Y EL AMOR AL PRÓJIMO”
Si el amor es el inicio y la conclusión de los caminos del Señor, el amor debe ser el inicio y la conclusión de los caminos del hombre. Porque, llegando a ser hombre, Dios ha unido el destino del hombre al propio, dando al hombre una parte en su vida de amor sin fin. Desde entonces en adelante, tanto en la tierra como en el cielo, nadie puede amar a Dios sin amar al hombre, su imagen, ni amar al hombre sin amar a Dios. La primera carta de Juan establece esta verdad de manera inequívoca: “Queridos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios mandó al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste al amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud” (4,7-12).

San Juan escribía esta exhortación a cristianos que compartían la vida de Cristo. En familia que es la Iglesia, los hermanos y las hermanas de Jesús deben amarse unos a otros porque el Dios de amor habita en ellos. En efecto, habita en ellos en la medida en la que se aman recíprocamente: así de estrechamente ligados están el amor de Dios y el amor de los hermanos. Una relación análoga puede ser aplicada a los no cristianos. San Pablo los comprendía en al ámbito del amor cristiano: “Por tanto, siempre que tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos y especialmente a los hermanos en la fe” (Gál 6,10).
JUBILEO AÑO 2000