CUARESMA
DE 2006
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EL
MUÑIDOR
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BOLETÍN
Nº 18
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¿Qué
tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?
¡Oh, cuánto
fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí!; ¡que extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas
veces el ángel me decía:
"Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuanto amor llamar porfía"!
¡Y cuántas,
hermosura soberana:
"Mañana le abriremos", respondía,
para lo mismo responder mañana.
De la liturgia de las
horas.