(8-Sep-2002)
Calixto el más destacado en el Festival.
Informa: Diario de Sevilla
Hasta seis cantes se vio obligado a hacer el cantaor Calixto Sánchez a
petición del público de su pueblo, en la noche dedicada al cante
profesional dentro del festival Antonio Mairena. Con especial intensidad caló
en el patio de butacas la milonga que interpretó, adaptación de
un poema de Antonio Machado dedicado a la muerte de su esposa Leonor. Con los
aires de Huelva que también hizo a petición del respetable, los
vítores se volvieron a repetir. El maestro de Los Alcores cerró
un espectáculo, en el que estuvo precedido por el buen hacer del veterano
José de la Tomasa, que también recibió el calor del público.
Antes se pudo escuchar sobre el escenario de la Casa Palacio a un entregado Julián
Estrada, un prometedor Antonio Reyes, y un apasionado Pansequito, que llegó
a la cita para sustituir a Curro Malena, que a última hora se cayó
del cartel debido a una dolencia estomacal. El turno del cante lo abría
la debutante Virtudes Jiménez "la Piíta", que demostró
tener madera de artista de las buenas, aunque algunos quiebros de su garganta
-probablemente acentuados por los nervios de la responsabilidad- le impidieron
culminar su toná, dentro de la ronda con la que todos los flamencos ponen
colofón el espectáculo. Sus paisanos la arroparon prorrumpiendo
en aplausos de estímulo y afecto.
El espectáculo se abrió en sus dos partes con el baile de una magnífica
Juana Amaya, que fue seguida con el máximo interés por el siempre
respetuoso público de Mairena, que ocupó algo más de media
entrada del patio de butacas.
Al final de la primera parte se produjo el acto de homenaje póstumo al
crítico Miguel Acal. Su viuda Fernanda pronunció palabras de agradecimiento,
y explicó la importancia que Miguel daba al flamenco, la amistad y la salud,
razón por la que siempre comenzaba sus programas con la célebre
frase de "salud y libertad, amigos". Antes que ella, Juan Manuel Suárez
Japón hizo una semblanza de su figura, lamentando que la enfermedad oncológica
que segó su vida con tanta rapidez no le dejara el tiempo suficiente para
plasmar "su caudal de conocimientos" por escrito, por lo que su legado
se perderá en buena medida.
Por último, el vicepresidente de Diputación, Manuel Copete, anticipó
que además de los actos de reconocimiento ya tributados a Miguel Acal por
el Potaje utrerano y el festival mairenero, la Bienal de Sevilla hará lo
propio para reconocer su inestimable aportación al nacimiento de la cita
flamenca de la capital hispalense.