Informa: Chema Cejudo
Un fortísimo olor a productos derivados del petróleo causó gran temor entre el vecindario del barrio Las Palmeritas, a primeras horas de la noche de ayer miércoles. Las emanaciones, que procedían de la red de alcantarillado, pusieron en alerta a los vecinos, temerosos ante una hipotética explosión o por los posibles perjuicios que pudiera tener sobre su salud, ya que los vapores se adentraron en numerosas viviendas, con una intensidad tan insoportable que obligó a abrir puertas y ventanas en busca de ventilación.
Ni la Policia Local ni los propios vecinos pudieron determinar el origen de la fuga, aunque al levantar las tapas de registro de la vía pública sí se comprobó que procedía del alcantarillado. En cuanto a la materia del vertido, se especula que fuera gasolina, gas o algún tipo de disolvente, pero se descartó el gasóleo.
Los agentes aseguraron a los habitantes de las calles afectadas que remitirán un escrito a Emasesa, la empresa concesionaria del servicio, con el objeto de que se abra una investigación y esclarezca los hechos.
Los vecinos, por su parte, aseguran no ser la primera vez que productos de esta materia se vierten al alcantarillado, aunque "esta vez se le ha ido la mano a quien sea, y si la emanación nos hubiera sorprendido durmiendo no sé si lo hubiéramos podido contar", declaró con preocupación un vecino cuyo hijo presenta un cuadro con problemas respiratorios.
Ante la inexistencia en
la zona de gasolineras, las sospechan se las reparten entre los talleres mecánicos,
cocherones agrícolas o alguna empresa olivarera del barrio. Eso es algo
aún por determinar, pero lo que no cabe duda es que la fuga ha terminado
desembocando en el río Guadaíra a través del arroyo Salado,
su afluente, en el que desaguan los colectores de saneamiento del pueblo.