(4-Abril-2004)
El desarrollo sostenible de la Comarca es posible si se toman medidas ya.
Informa:
Chema Cejudo
El futuro de la comarca de Los Alcores se halla en estos momentos en una encrucijada
desde el punto de vista de su conservación, si atendemos a las conclusiones
elevadas tanto a la opinión pública como a las autoridades por la
asociación Cornisa de los Alcores, que hace tan sólo unos días
celebró unas jornadas de estudio acerca de las posibilidades de un desarrollo
sostenible para las cuatro poblaciones: Alcalá de Guadaíra, Carmona,
El Viso y Mairena del Alcor. La filosofía del desarrollo sostenible se
asienta sobre la conjugación equilibrada del binomio progreso- respeto
medioambiental, sin que ninguno de los dos factores prevalezca en detrimento del
otro. La antítesis del desarrollo sostenible sería el desarrollismo
económico, que daría al traste con el entorno de una comarca con
un prometedor futuro económico por estar situada en el segundo cinturón
urbano de Sevilla, que ya presenta ciertos síntomas de deterioro.
Es ésta una de las preocupaciones de Cornisa Los Alcores, asociación
conservacionista de carácter comarcal, para la que no cabe ninguna duda
de que es posible el desarrollo armonizando ambos factores. A pesar de ello, no
quieren dejar de lanzar la voz de alerta ante la amenaza real de peligros que
acechan, como el de que un desarrollo urbanístico desordenado y especulativo
se imponga como modelo constructivo en la comarca, como alternativa al agotamiento
del tradicionalmente seguido en el Aljarafe, irracional e irrespetuoso, y actualmente
ya saturado. Concretan los peligros de esta espada de Damocles en dos circunstancias.
La primera las verdaderas necesidades de financiación de los Consistorios,
siempre escasos de fondos, que podrían verse tentados a ceder ante modelos
urbanísticos especulativos marcados por las inmobiliarias y constructoras
como vía real para la obtención de ingresos. La otra razón
viene de la mano del potencial real de desarrollo que al respecto ofrece la comarca
por la importante reserva de suelos que encierra.
Pero, con ser importante, no sería el urbanismo la única amenaza
a considerar, ya que otros aspectos como el adecuado tratamiento de los residuos
dejan mucho que desear. Así, Cornisa pone el dedo en la llaga de un asunto
que ya es conocido por la opinión pública comarcal, como es la ausencia
de una política coordinada para el tratamiento de residuos, un verdadero
problema por la gran cantidad de puntos elegidos espontáneamente por los
ciudadanos para verter escombros industriales, de la construcción, e incluso
de los propios hogares. Al respecto, también postulan por el arbitraje
coordinado de una serie de medidas comunes, entre las que destacaría la
creación de un depósito comarcal o vertedero controlado en alguno
de los términos de mayor extensión. Actualmente no existen opciones
válidas que ofrecer como alternativa a estos vertidos espontáneos,
que ensucian, contaminan y afean muchos parajes rurales de la comarca.
En cuanto a otras actividades que perjudican de igual modo al medioambiente, entre
las conclusiones de la asociación se denuncian importantes problemas medioambientales
derivados de la actividad industrial. Como ejemplos, además de los reseñados,
la existencia de balsas de decantación ilegales, escombreras, y eventuales
vertidos a las redes públicas de alcantarillado por actividades de distinto
cariz: ganaderas, industriales, o de la industria de transformación de
la aceituna.
Sobre la inminente puesta en marcha de la depuradora de residuos urbanos para
las poblaciones de Mairena y El Viso del Alcor (que los aproximadamente 40 participantes
en las jornadas visitaron), el secretario de Cornisa Los Alcores se muestra muy
satisfecho con su inmediata entrada en vigor, prevista para dentro de unos diez
días. No obstante, tampoco quieren cantar victoria sobre el fin del problema
de la contaminación de los cauces fluviales, pues advierten del peligro
de que se viertan a sus instalaciones restos industriales para cuyo tratamiento
no está diseñada, lo que o bien provocaría una avería
de las instalaciones, o bien propiciaría su desvío directo hacia
el arroyo de Los Molinos, volviéndose a contaminar todos los cauces naturales
de afluentes y subafluentes del Guadaíra, que con la entrada en servicio
de la instalación volverán a recuperar una fauna fluvial ausente
por la contaminación desde hace cuatro generaciones. Éste constituye
precisamente otro de los graves problemas cuya solución se pretende por
parte del colectivo, la recuperación de la cuenca del Guadaíra,
un río que atraviesa toda la comarca, y cuya solución integral no
está sólo en manos de los pueblos de la zona, puesto que recibe
aportes hídricos y también contaminación de otras poblaciones
más alejadas, como Morón de la Frontera, Arahal o Paradas
.
Para las actividades industriales, desde Cornisa Los Alcores se pide a los consistorios
que extremen la vigilancia y pongan en marcha una serie de medidas que eviten
la contaminación. Entre ellas, que se inspeccione y sancione a aquellas
instalaciones que contaminen, aunque también que se propicien medidas que
estimulen a éstas para que inviertan en la instalación de elementos
para el control de la contaminación: créditos blancos, subvenciones,
o incentivos, entre otras. Sin embargo, se muestran muy críticos ante los
sectores empresariales que amenazan con la destrucción de empleo si se
les exige que realicen inversiones en sus instalaciones que eviten contaminar.
Para Vázquez no hay dudas de que se trata de un chantaje intolerable.
En cuanto a la implicación de los ayuntamientos de la comarca y la existencia
de una política clara y común al respecto, Vázquez y su asociación
denotan una sensación agridulce, ya que si bien se tiene consciencia de
que el momento de actuar es ahora, la coordinación de políticas
no se ve clara, seguramente porque las instituciones no lo tienen claro
tampoco. El juicio se fundamenta en la inasistencia de los cuatro regidores
municipales a las referidas jornadas (que tuvieron lugar en la Casa Palacio de
Mairena del Alcor), a las que se les había invitado para que expusieran
a través de conferencias las líneas maestras de las instituciones
que dirigen en pro del desarrollo sostenido comarcal. Quienes sí estuvieron
fueron sus responsables en la materia: el teniente alcalde alcalareño,
Rafael Chacón; la delegada de medio ambiente carmonense, María de
Gracia Peña; su homónimo visueño, Antonio Salvat; y el delegado
de Empleo y Desarrollo Tecnológio mairenero, Agustín Marín.
El sentido de sus intervenciones estuvo más centrado en un intercambio
de impresiones e informaciones no exentas de interés, que siendo optimistas
podrían suponer el embrión de un futuro equipo de trabajo mancomunado
que posibilite los objetivos marcados de cara al desarrollo comarcal.
A pesar de todo, Cornisa Los Alcores sí extrajo conclusiones acerca de
la problemática particular de cada municipio, que no siempre coincide con
la genérica del común. Lo hizo sumando sus informaciones previas
a las aportaciones suministradas por los ediles en sus intervenciones. Así,
determinaron como el mayor problema medioambiental de Carmona la inexistencia
de depuradora de residuos urbanos, instalación que ni siquiera se contempla
a nivel de proyecto, ante el hecho agravado de que la ciudad no sólo vierte
sus aguas negras a la cuenca del Guadaíra, sino además a la del
Corbones por su parte oriental. De Alcalá de Guadaíra preocupan
especialmente dos aspectos, la importancia en magnitud de los vertidos que genera
por su enorme censo industrial y su importante número de habitantes. En
el caso de Mairena se hace hincapié en la existencia de casos puntuales
de industrias olivareras que aún no han acometido las medidas necesarias
que eviten vertidos incontrolados, algo parecido a lo que ocurre en El Viso del
Alcor, si bien en este último pueblo la dificultad se plantea desde las
industrias relacionadas con la ganadería o cárnicas.