(20-Agosto-2006)
Doema, recicla cartuchos de tinta para todo el país.
Informa: Chema Cejudo
A pesar de los contradictorios
tiempos que corren, donde se nos inocula conciencia conservacionista mientras
se nos incita al consumo compulsivo, nunca falta quien llegue a creérselo
hasta el punto de invertir en ello su tiempo y su dinero. Es lo que ha ocurrido
a los cuatro jóvenes accionistas de Doema, una empresa de
Mairena del Alcor, que hace seis años se propuso recargar cartuchos de
tinta para reubicarlos en el mercado.
Lo que no podía imaginarse el grupo en los comienzos de hace seis años
con más ilusiones que medios era que el buen precio de sus productos
y la mayor durabilidad que muchos le atribuyen sobre los nuevos serían
bazas más poderosas para el negocio que soslayar el destino de despojos
que hasta entonces marcaba los designios de estos accesorios de impresoras,
fotocopiadoras, o aparatos de fax para mayor desgracia de la sostenibilidad
medioambiental.
Hoy pueden alardear (aunque no lo hacen) de suministrar con ellos a una buena
parte de la empresa nacional, donde remiten sus cartuchos tras someterlos al
pertinente proceso regenerador a través de compañías de
transporte urgente. También los venden en nuestra provincia, aunque en
este caso el transporte corre por cuenta de los medios de la casa, o de manera
directa para el público en general en sus instalaciones, desde donde
nutren de paso en accesorios de oficina al resto de empresas del parque mairenero.
Igualmente podrían alardear (desde luego que tampoco lo hacen) del carácter
pionero de su actividad, mención aparte de otra empresa radicada en la
provincia de Córdoba, que les confiere carácter semi-exclusivista
en Andalucía y buena parte de España. La diferencia en la actividad
entre ambas la marca el mercado al que atienden, ya que si Doema
suministra básicamente a empresas privadas, su homóloga cordobesa
se dedica mayoritariamente a las administraciones.
Los cinco trabajadores con que cuentan en la actualidad (de entre ellos 3 de
sus accionistas) ejercen su labor desde 2002 en la nave adquirida por la sociedad
en el mairenero Polígono Industrial Gandul (Calle Herreros, 32), lejos
de las angosturas de espacio del local familiar en que emprendían aventura
desde la céntrica calle Trianilla. Y aunque hoy se desenvuelven con holgura
en él, no ven lejano el día en que la actividad colmate la instalación,
arrastrados por el boom informático de los últimos años
que ha hecho posible una aventura que a veces llegó a parecerles de
locura.
Aparte su ilusión de jóvenes y la pulsión por labrarse
un futuro laboral, al grupo de emprendedores les fueron de gran ayuda impulsos
externos como el asesoramiento infatigable y comprometido de los profesores
Rosa Muñoz y Rafael Periáñez, de la facultad de Empresariales
de la Universidad de Sevilla, o el asesoramiento prestado por la oficina local
de desarrollo Fomento Los Alcores.
Y aunque el primer tramo del camino se anduvo de la mano de una franquicia italiana,
tras la quiebra de ésta decidieron proseguir en solitario viéndose
en la necesidad de tener que sortear algunos escollos como el acceso a la maquinaria
de fabricación en aquel país, que hasta entonces les había
resuelto la empresa matriz. Ahora también utilizan máquinas importadas
de Gran Bretaña.
Cartuchos a mitad de precio que los originales.- A pesar del proceso
de tratamiento al que los cartuchos de impresión que recicla Doema
se ven sometidos en su carcasa, cuchilla, engranajes, recargado de tinta, o
empaquetado, y al margen de su proceso de limpiado, su precio final resulta
un 50% más barato que los originales debido a la reducción de
costos que se pueden permitir sobre las grandes compañías, por
ejemplo en el campo publicitario.
Cuatro accionistas apostaron por la idea.- Un tándem binario de hermanos integra el núcleo accionarial de la empresa. De un lado, la gerente María del Carmen Domínguez y Carlos; por el otro, Sergio y Domingo Guillén, si bien este último no presta sus servicios profesionales en la empresa ya que las responsabilidades familiares en los duros comienzos empresariales le vincularon profesionalmente a un puesto laboral sólido del que no se ha querido desligar posteriormente.