(7-Nov-2006)
El Trinadero-
(Opinión) ¿Qué dicen que ocurrió en Mairena?
Informa: Chema Cejudo
La ejecutiva provincial
del PSOE se reunió el pasado viernes en Mairena, y lo hizo de espaldas
a la sociedad mairenera marginando informativamente a sus medios de comunicación.
Ninguno de ellos fue invitado (tampoco los de El Viso), y ni tan siquiera informado
sobre la celebración de un acontecimiento de tal relevancia. En él,
y al margen de ciertas directrices de consumo electoral interno del partido
en su estrategia cara a los comicios del próximo 27 de mayo, se adoptaron
decisiones que nos afectan directamente como ciudadanos, a saber las líneas
políticas de fijación de tarifas a las empresas suministradoras
de aguas en la provincia (EMASASEA aquí y Ribera del Huesna en El Viso),
u otras en el marco del urbanismo municipal tendentes a apartar de los órganos
de decisión en la materia a potenciales munícipes cuyas actividades
presentes o recientes pudieran entrar en colisión con intereses privados,
y por ende, espúreos.
Hasta aquí todo correcto. Lo lamentable, sin embargo, que los maireneros
y maireneras nos hayamos tenido que informar de algo ocurrido en nuestro pueblo
y que nos afecta en primera persona a través de medios de comunicación
exteriores (ver información del acto recogida por este portal del diario
ABC de Sevilla). Todo un ejercicio de patriotismo fino, sin duda, de coherencia
y racionalidad. Como si nuestros impuestos fuesen de grado inferior a los que
se pagan fuera de aquí, con el agravante añadido de que este hurto
informativo consciente y planificado desde la dirección local del PSOE
(por cierto, a ver cuándo ponen en marcha su página web para que
nos hablen de muchas cosas que nos interesan a todos, que están siempre
muy calladitos) viene a ponernos a espaldas de decisiones del partido que no
sólo nos gobierna localmente, sino también en los sustratos autonómico
y nacional.
No recuerdo precedente parangonable ni remontándome a las asambleas del partido del movimiento franquista, de las que no sólo se informaba sino que en ocasiones hasta se transmitían por la (entonces) mejor televisión de España, la única, la del régimen. No me cabe la menor duda del origen de la decisión, emanada de la voluntad de los anfitriones locales del acto, cuya aversión a estos medios (existentes aunque escasos) se fundamenta en una falaz consideración de hostilidad que no se sustenta. En definitiva, la prepotencia del pensamiento único y del estás conmigo o contra mí cuando todo el mundo sabe en Mairena y aprecia en nosotros que sólo nos debemos a los ciudadanos sin estar ni con ni contra nadie. Sólo con la verdad y la vocación de servicio a nuestra comunidad como tantas veces se ha demostrado.
Considero de tanta enjundia informativa el hecho acaecido en sí mismo y desligado de las decisiones que en él se adoptaron, que sabedor desde el día anterior de su celebración (a través de fuentes forasteras para decirlo en castizo) aconsejé a mis compañeros de Radio Mairena que contactaran con responsables políticos del pueblo para hacer conexiones en directo, entrevistas, crónicas del ambiente en el acto de la casa de la cultura Sus gestiones telefónicas resultaron infructuosas y Mairena se perdió de primera mano y en sus propios medios los pormenores de un acto y congregación de personalidades de la provincia como a buen seguro en años no se volverá a repetir. A punto estuve de aconsejarles acudir para cubrir la información al siempre amable y dispuesto regidor municipal visueño, Manuel García, pero lo descarté al parecerme escasamente elegante y para algunos _¡seguro!- pretendidamente soplapollas.
Con ánimo triste y reflexivo, y a modo concluyente, no puedo por menos que preguntarme si tan difícil y laborioso hubiese sido convocar a los medios locales mediante carta, correo electrónico, llamada de teléfono, o simple nota en las páginas webs que tenemos. Hubiese sido de sentido común, de corrección social, de elegancia política Claro, que a quién le suenan esos conceptos por aquestos pagos. Aquí lo que impera es la soberbia y la prepotencia políticas, y si no te bajas los pantalones ante ellos ya sabes lo que te espera. En definitiva, un despotismo que no merece ni la catalogación de ilustrado como bien salta a la vista.
Queda claro, por último, que estamos ante una estrategia de negación de los medios locales. Se empieza por poner peros a determinados entrevistados, se prosigue vetando tertulianos, se alienta una atmósfera de posible despido a quienes meen fuera del tiesto, se niegan medios y recursos que permitan avanzar, desaparecen las grabaciones de los plenos por arte de birlibirloque, y se continúa ninguneando a unos medios que sólo se deben a sus oyentes y lectores como mandan los cánones; unos medios que descansan sobre el trinomio formación, información y entretenimiento, pero no contemplan de suyo el ímprobo fin de agradar al poder. Desde luego, mucho habría que dudar de la profesionalidad y honestidad de unos medios que merecieran el halago de un gobierno como el mairenero, tan falto de objetividad, tan insensible al cometido de los medios, tan sectario y dado a confundir la velocidad con el tocino.