(12-Ene-2007)
Los bares de copas se alzan contra la SGAE
Informa: Chema Cejudo
Los bares de copas de la
comarca de Los Alcores declaran la guerra a la SGAE (Sociedad General de Auotres
de España) a través de un movimiento con epicentro en El Viso
que reúne a bares de copas de allí mismo junto a otros de Mairena
del Alcor y Alcalá de Guadaíra, disconformes con la política
de canon que se les aplica.
Este colectivo empresarial comenzó ayer jueves su andadura con una reunión
asamblearia en el visueño Café Copas, donde sus quejas recibieron
la comprensión y promesas de apoyo del consistorio visueño a través
del concejal de Cultura, Baldomero Alba, y del representante de IU-CA Julio
Sánchez, que prometió llevar al parlamento andaluz toda la problemática
"de abusos que estos locales" padecen a través de una propuesta
de su diputada Concha Caballero, que visitará la población el
jueves próximo.
Los bares adheridos hasta ahora son El Cafetal (con equipos de sonido precintados
actualmente por orden judicial), Swing, y Bora Bora en Alcalá; Tribal,
Esse, Chico Copas y El Mejillón, en Mairena; y Café Pop, Eñe,
69, Capricho, Mirakka, Karaoke 3, Cacao, Cajón, AM2, Lounge Café,
Bar Finura, El Mejillón y Las Viñas, en El Viso.
Las demandas que plantean son básicamente una política clara de
aplicación del canon de autor para que éste se satisfaga de una
manera proporcional, equitativa, justa, y asumible en su cuantía por
dichos negocios. Denuncian, por el contrario, los métodos arbitrarios
que hasta ahora viene empleando la SGAE, entidad a la que acusan de cobrar a
unos y a otros no, de aplicación de una tarificación diferente
para locales similares, precios abusivos, y prácticas de chalaneo y coacción
para obligar a las salas a firmar contratos con ellos, algo a lo que se vienen
negando hasta ahora muchos de los afectados hasta que no se clarifique la situación.
Matizan que no se niegan a pagar pero pretenden hacerlo de una forma acorde
con su volumen de negocio y pactando para que una parte no imponga sus criterios
a la otra.
Como primera medida de protesta ya han organizado una jornada de pegado de carteles
en la capital andaluza, prevista para el próximo miércoles 17
coincidiendo con la visita a Sevilla del presidente de la SGAE, Teddy Baustista.
Con tal motivo han realizado una remesa de camisetas serigrafiadas con el eslógan
"No al canon", que lucirán durante las protestas. Además,
han abierto un correo electrónico (extorsonados@hotmail.com) en el que
nuevos locales puedan inscribirse para "poder ganar esta batalla justa",
sostiene Antonio Franco Campillo al tiempo que se queja de que hay locales que
han pagado pactando unilateralmente cuando lo idóneo es hacer un frente
común justa y acorde a las características de las salas.
Porque es aquí donde denuncian las mayores incoherencias de Autores,
para lo que Franco Campillo aporta su caso a modo ejemplificador. Ha abonado
en concepto de atrasos los 5.100 euros que debía, pero el cargo se lo
han duplicado al embargarle también la cuenta bancaria por la misma cantidad,
por lo que de facto ha abonado 10.200 euros, o sea, el doble. Y ello con el
agravante de que el órgano colegiado de los autores se niega a practicarle
la devolución pertinente mientras no firme un contrato con cantidad pre-establecida
y pagos trimestrales, algo a lo que él se niega por considerarlo un chantaje.
También se niega a aceptar el contrato un bar de copas mairenero cuyo
dueño prefiere permanecer en el anonimato, y al que la SGAE solicita
120 euros mensuales tras la rebaja ofertada por el agente a partir de los 240
euros iniciales. Se apoya para ello en su constancia de que existen bares en
Sevilla capital de 400 metros cuadrados que abonan 60 euros al mes siendo el
suyo la cuarta parte en superficie. Además, asegura que tarifican por
cada aparato de televisión o sonido, dándose el caso de que se
pagan los derechos de autor por duplicado desde la sala o la cadena de radio
o televisión que emite. Como posible modelo de referencia para estos
negocios propone el alemán, donde se abona por igual 200 euros anuales
de tarifa única.
Son sólo algunos ejemplos a modo de icebergs en el contexto de una situación
de litigios a la que casi ningún bar es ajeno, ni siquiera los propios
ayuntamientos con sus emisoras municipales o sus espectáculos musicales,
a los que también animan a sumarse al movimiento para que se dé
a todos un trato justo y asumible en lo económico, ya que consideran
que hay que evaluar igualmente la contribución a la difusión de
la cultura musical que todos ellos practican con sus actividades.
Es por ello que alguno de estos empresarios pide reflexión a la SGAE
sobre el asunto, lanzando abiertamente a Teddy Bautista la pregunta de que cuánto
abonaron por derechos de autor los bares madrileños que hicieron posible
el surgimiento de la movida de los años 80. Y a los políticos
que sopesen la incidencia sobre el efecto de la botellona aspectos como éste
que al final repercuten en el precio final que han de pagar los jóvenes
por cada copa. La polémica está servida.