Piezas de arqueología
de incalculable valor, «dignas de figurar en los mejores museos de mundo»,
se encuentran entre los 300.000 objetos de todas las épocas -desde el
Paleolítico al siglo XVIII- que la Guardia Civil ha intervenido a varios
grupos de expoliadores de yacimientos arqueológicos, interconectados
entre sí. La «operación Tertis» se ha desarrollado
en su mayor parte en Sevilla y en otras provincias andaluzas como Córdoba,
Huelva, Cádiz, Granada, Jaén, y con alguna ramificación
menor en Zamora, Barcelona y Madrid. El considerado como el mayor golpe mundial
al expolio arqueológico culminó el martes con el registro de 68
domicilios, 46 en la provincia de Sevilla. En total han sido detenidas 52 personas,
entre expoliadores, intermediarios y coleccionistas: Sevilla (39 individuos),
Cádiz (3), Córdoba (3), Granada (1), Huelva (1), Jaén (1),
Zamora (1) y Barcelona (3).
Despliegue sin precedentes
En la operación han participado doscientos guardias civiles y varias
decenas de secretarios judiciales coordinados por el Juzgado de Marchena, que
instruye el caso. Según destacó el brigada Jesús Pastor,
la «Operación Tertis» es fruto de la «Operación
Bahía», llevada a cabo en febrero de 2005 en Cádiz, contra
expoliadores de yacimientos arqueológicos marinos, con diez detenidos.
En el caso de la «Tertis», la mayor parte de los detenidos son expoliadores
e intermediarios, a los que hay que sumar también ocho coleccionistas
de alto poder adquisitivo, entre los que hay empresarios y médicos, uno
arrestado en Córdoba y dos en Barcelona. También hay un numismático
de Sevilla. La laboriosidad de los registros dio pie a que los expoliadores
intentaran comunicarse entre sí para alertar de la acción de la
Guardia Civil, hasta el punto de que algunos fueron sorprendidos en la puerta
de sus domicilios con los coches cargados de piezas que pretendía ocultar
antes de que llegara la comisión judicial.
La investigación ha permitido precisar que los expoliadores arrestados
han dañado hasta 33 yacimientos arqueológicos de Andalucía
(Sanlúcar la Mayor, Puebla de Cazalla, Almensilla, Alcalá de Guadaíra,
Ecija, La Luisiana, Morón de la Frontera, Pilas, Osuna, Alcalá
del Río, San Roque, San José del Valle, Villamartín, Tebas,
Hornachuelos, y Porcuna) y Extremadura (Mérida, Los Arcos, Fregenal de
la Sierra, Cabeza de Vaca, Los Nachos, Hinojares de los Barros, Fuente de Cantos
y Oliva de la Frontera). Según la Unidad Central Operativa de la Guardia
Civil, los detenidos pertenecen a varios grupos de expoliadores conexionados
entre ellos pero sin un cabecilla concreto. Un ciudadano
italiano residente en Mairena del Alcor tenía en su poder varios miles
de piezas. Muchas casas han sido precintadas debido a que lo que allí
se almacenaba llenaría varios camiones.
«Modus operandi»
Se tiene constancia de que muchas de las piezas expoliadas eran vendidas en
los alrededores de mercadillos, y cuatro ídolos se han ofrecido a la
venta por 40.000 euros. La Guardia Civil ha intervenido detectores de metales,
así como otros destinados a encontrar oquedades en el subsuelo. Asimismo
disponían de «lanzas rompetumbas» con las que «peinaban
el subsuelo» en busca de enterramientos. En algunas ocasiones, los expoliadores
actuaban en connivencia con los guardas de las fincas. Al final, muchas piezas
salían del país.