(24-junio-2007) Párroco López Guerrero, 50 años de amor a Mairena



Informa: Chema Cejudo

Enrique López Guerrero, párroco de Mairena del Alcor desde 1.957, acaba de ser homenajeado a mediodía de hoy domingo al cumplirse sus 50 años al frente de la iglesia local. Una misa del Cardenal Arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, cooficiada por un grupo de sacerdotes de la diócesis, ha servido de contexto.

Nacido en el sevillano barrio de San Bernardo en 1.930, su pueblo de adopción le agradece así el largo periodo de presencia y los esfuerzos dedicados a satisfacer las demandas espirituales de la población alcoreña, entre las que destacan su labor en el área catequista y formación de los laicos.

Pero le honran otros méritos, como haber sido el artífice de la puesta en marcha de múltiples iniciativas dinamizadoras de la vida social y cultural mairenera, de ahí que en su breve alocución final el sacerdote pidiera a las nuevas generaciones “que no se pierdan”. Obras suyas son el Club Juvenil Alegría, el Hogar Parroquial Preadolescente, la puesta en marcha de la primera feria del libro que tuvo el pueblo, el impulso a la actividad teatral amateur, o la colocación de los cimientos del actualmente afamado festival de cante flamenco, de la mano del llorado Antonio Mairena.

Tampoco la mejora de la red de templos maireneros escapó a su acción apostólica, si bien es cierto que con una fuerte implicación de su -durante años- coadjutor Luis Miguel Gómez Urbina. Entre ellas destacan el remozado de la iglesia mayor de la Asunción, y posterior restauración de su retablo.

Según Don Carlos “la obra de los pastores de Cristo es la senda por la deben ser enjuiciados”, por eso el purpurado resumió en tercera persona los sentimientos del laureado en sus Bodas de Oro: “Mairena no es donde he nacido, sino el espíritu que ha nacido en mí”, una frase que le sirvió de antesala para manifestar sus deseos de que en el futuro el párroco pueda asimismo asistir a sus Bodas de Diamante.

El homenajeado, que recibió el saludo de la multitud presente con su subida al altar mayor en un ágil desfile, fue despedido con un fuerte aplauso, y recibió hasta en dos ocasiones el cálido abrazo del Cardenal. En un breve discurso, tono humilde y emocional, pidió disculpas por las decepciones que haya causado, proclamando la suerte “de haber ejercido el ministerio sacerdotal en este mi pueblo”, afirmó, añadiendo sus deseos de seguir sirviéndole ”por ser mi don más grande”.

Pero su figura amplía perfil a terrenos como la docencia y la intelectualidad. Así, fue profesor de religión en el IES Los Alcores, algo que enraizó aún más, si cabe, sus vínculos con la juventud mairenera y de la comarca. Paralelamente, y sin abandono del compromiso cristiano, se interesó por la ciencia y el más allá, faceta que culminó con la publicación de dos libros de relativa influencia: “El pan de la palabra. Cursos de catequesis Bíblicas” (2.003), y “Mirando a la lejanía del Universo” (1.978).

Este segundo volumen le granjeó el sobrenombre de “el cura de los ovnis”, ya que a través de sus páginas se adentraba en el estudio de la posible existencia de vida en otros rincones del universo. Tal circunstancia le llevó a convertirse en influyente autoridad de la materia e invitado habitual en los amables medios de comunicación de la época.

Como estudioso de la mente humana, se posicionó en la corriente empírica que sostiene que el ser humano aún no la ha desarrollado en toda su potencialidad, una tesis hoy comúnmente aceptada en este campo del saber. Ese mismo dominio de la fuerza mental ha servido al sacerdote y parapsicólogo para aliviar en muchos casos dolencias de enfermos con la terapia de la estimulación. Todos estos méritos, y su protagonismo indiscutible en la historia de Mairena del Alcor durante el último medio siglo, le valdrán próximamente para que el ayuntamiento le dedique una calle.

Ordenado sacerdote en 1.955, el párroco López Guerrero había ejercido antes de su llegada a Mairena sólo durante dos años en un destino rural de Patrimonio Forestal del Estado. Su formación humanista la completó sumando a la carrera sacerdotal su graduación en dos licenciaturas, la de Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla, y Psicología de la Educación por la de Barcelona.