La comunidad cristiana de Mairena del Alcor vivirá el próximo sábado 14 de junio una jornada especial con la celebración del "Día de la Familia Parroquial", con el que se pretende que todos los católicos de nuestra localidad festejen un día de convivencia y hermandad.

El evento se iniciará con la celebración de la Santa Misa a las ocho y media de la tarde en la iglesia Parroquial para, una vez finalizada la Eucaristía, pasar a la Casa-Palacio y celebrar una comida compartida con las aportaciones de alimentos que hagan los propios asistentes.

La invitación a participar en este evento se hace a todas las personas que forman parte de la familia cristiana de nuestra localidad. Además se ha puesto especial énfasis en la presencia activa de los cerca de treinta grupos, entidades y pastorales que trabajan desde la Parroquia: Cáritas, Llamarada de Fuego, hermandades y agrupaciones parroquiales, catequesis y cursos de formación, visitadoras de enfermos, grupos de limpieza, apostolado de la oración y adoración nocturna, pastorales familiar y juvenil, etc.

De hecho, la intención es que tanto en la Santa Misa como en la convivencia posterior en la Casa-Palacio se ponga de relieve el importante trabajo que realiza la comunidad cristiana en Mairena del Alcor y en distintos aspectos como la atención a los pobres e inmigrantes, la ayuda a los misiones en África y América, la formación cristiana en distintos niveles y edades, la promoción del culto y la oración, el cuidado de las personas enfermas y ancianas, la defensa de la familia y de la vida, la oferta alternativa de ocio y de vida a los jóvenes, etc.

La iniciativa ha surgido de un grupo de fieles vinculados a la Parroquia y cuenta con el apoyo de los sacerdotes de la localidad y de los propios grupos y pastorales. Para los organizadores, entre los objetivos de este "Día de la Familia Parroquial" destacan "en primer lugar el de aumentar el sentimiento de comunidad entre todos nosotros, de pueblo que camina unido junto al Señor; en segundo lugar, dar a conocer el trabajo que realizan todos los grupos y entidades parroquiales; y, por último, demostrar que somos una única voz, con diferentes volúmenes, sonidos o tonos, pero que respondemos únicamente al mandato del Señor, que nos ha llamado para ser sus manos y su palabra en nuestro pueblo".