La víctima es un ciudadano lituano que apareció atado, envuelto en una manta y con unas pesas de lastre, que podría haber sido asesinado por unos compatriotas

La Policía Científica ha logrado identificar el cadáver que apareció el 14 de octubre en el cauce del río Guadaíra atado con hilo de rafia, envuelto en una manta y con unas pesas de halterofilia a modo de lastre. La víctima ha sido identificada como el ciudadano de origen lituano K. D. y la Policía sospecha que detrás de su muerte puede estar un grupo de compatriotas con los que compartía una vivienda en la localidad de Mairena del Alcor.

La identidad del fallecido, cuyo cuerpo se hallaba en tal estado de descomposición que impedía su averiguación, pudo establecerse finalmente a través de las muestras de ADN enviadas por sus familiares en Lituania, según informó ayer la Policía.

La forma en la que fue hallado el cadáver -atado, envuelto en una manta y con las pesas de lastre- evidenciaban que la muerte se había producido de forma violenta. La autopsia a la que fue sometido el cuerpo confirmó que el fallecimiento se debió a una "asfixia por sofocación", lo que implica que el ciudadano lituano se hallaba muerto cuando fue arrojado al río Guadaíra.

La investigación del caso fue encargada entonces al grupo de Homicidios de la Policía sevillana, que practicó numerosas gestiones en gimnasios tanto de Alcalá de Guadaíra como de las poblaciones más próximas. Los agentes también rastrearon las denuncias de personas desaparecidas, sobre todo en la comarca de Los Alcores, tratando de hallar coincidencias con el cadáver.

Todas estas pesquisas resultaron negativas, algo que despertó las sospechas de los investigadores, que comenzaron a barajar la hipótesis de que la víctima fuera de nacionalidad extranjera. Las gestiones se centraron sobre la población inmigrante, principalmente del Este de Europa, al coincidir los rasgos de la víctima con los oriundos de estos países.

De esta forma, la Policía llegó hasta una vivienda de Mairena del Alcor que había sido alquilada por varios ciudadanos lituanos, quienes se marcharon del inmueble "de manera precipitada". El propietario del piso entró a los agentes la documentación que habían dejado abandonada y entre la que figuraba el pasaporte a nombre de K. D., la persona a la que corresponde el cadáver. Los investigadores averiguaron además que la víctima llevaba poco tiempo en España y que trabajaba en una fábrica de pollos.

En el registro efectuado en la vivienda de Mairena, la Policía halló un juego de pesas de halterofilia iguales a las que se usaron para tratar de hundir el cuerpo. Ahora se busca a los compatriotas del fallecido como sospechosos de un crimen en el que todavía se desconoce el posible móvil.