El veterano escultor
y catedrático jubilado de Bellas Artes de Mairena del Alcor Antonio
Gavira, acaba de ver cumplida una ilusión, un sueño y una
encomienda de su madre hace muchos años, ver un Cristo de la Paz
labrado con sus propias manos en el camposanto de su pueblo. Hoy, festividad
de Todos los Santos, ha quedado inaugurado a las 12 del mediodía.
Alzado sobre un montículo
de rocas de albero de Los Alcores, sostenido a su vez sobre una base de
mármol a la que envuelve un arriate de amarillas margaritas con
labrado de ladrillos y bloques de albero, el crucificado irradia su paz
desde un crucifijo de bronce de 4 metros de altura y media tonelada de
peso. La imagen, con ligera curvatura de tronco y rostro sereno, mide
1,90 metros y pesa 350 kilos. El Ayuntamiento de Mairena del Alcor ha
corrido con los gastos de la obra civil que la circunda y de fundición
del metal, aportando el artista gratis su trabajo y el diseño de
la escultura.
 |
La inauguración
ha gozado de gran presencia de público, que ha alabado su
belleza en una concurrida mañana por las típicas visitas
a los difuntos que caracterizan al primero de noviembre. Así,
los maravillados espectadores se encargaron de transmitir al escultor
sus felicitaciones y agradecimiento.
La estatua resalta aún más dado el lugar elegido para
su ubicación, el ensanche final del pasillo central del cementerio
de San José, delante de la capilla.
Enclave donde Gavira, ante la obra, explicó que con ella
cierra el doble cometido de su madre, del que se olvidó por
las vicisitudes y ocupaciones de la vida, pero que cierto día
recordó en sueños hace sólo unos años:
dotar a sus paisanos de dos imágenes que velaran por su paz.
Una ya la entregó hace unos años, el Resucitado de
la iglesia de la Asunción que saldrá el procesión
la próxima Semana Santa, para los vivos. El otro, este Cristo
de la Paz, para velar por el eterno descanso de los fallecidos.
El artista agradeció a toda la Corporación municipal
con su alcalde a la cabeza el esfuerzo y apoyo recibidos para culminar
la encomienda. Luego, Antonio Casimiro Gavira destacó "la
herencia y mensaje de paz tan necesarios" que el artista lega
a sus paisanos. El acto contó con una parte religiosa a cargo
de los sacerdotes Enrique López y Ramón Valdivia.
|
|