En un intento de ilustrar la importancia de la prensa libre e independiente en una sociedad democrática, el presidente Jefferson de los Estados Unidos en pleno ejercicio del cargo manifestó: "Preferiría una nación sin gobierno a una nación sin periódicos". Recientemente, el idolatrado presidente Obama de este mismo país ha manifestado al respecto: "Un gobierno sin una prensa dura y vibrante no es una opción para los Estados Unidos". Naturalmente, en ambos casos se referían a la prensa independiente, prácticamente la única que existe en aquel país. La pregunta a hacerse sería, ¿piensan lo mismo el alcalde de Mairena del Alcor?

Vienen ambas citas a colación de la absurda, intolerante, mentirosa y dura nota emitida por los socialistas maireneros contra mi última crónica de pleno. El disparate es tan evidente que en un prudente intento por no convertirme yo en noticia me he estado resistiendo hasta ahora a darle réplica. Ello, además de la pereza que me da esa pérdida de tiempo. Al final replicaré para poner algo de luz en tanto bulo.

Me acusan de emitir una foto que yo no hice, y que los medios que la colgaron rescataron de su archivo. ¿Qué foto iba a hacer yo si escuché el pleno por radio? Al margen, ¿qué sentido pretenden darle a eso? No lo entiendo más que como pretendido sesgo con ánimos de desprestigiarme. También me acusan de obviar un dato para ellos relevante, pero carente de ilación con lo solicitado por IU-CA, es decir, la cuestión de fondo, que era una comisión de investigación en sentido más amplio que unas simples oposiciones. Naturalmente la prensa independiente no vive de dar carta de veracidad a truculencias persuasivas. Por otra parte, es incierto que haya en la crónica juicios de valor personales; no puede tenerlos quien desconoce los detalles. Todo, así, se sustenta en los datos objetivos y tangibles concurrentes.

Por premura de espacio y para no hacer sangre gratuitamente obvié palabras muy claras de José Carlos Copete, pues ya quedaban implícitas en el contexto general de no narrado. Algunas también de Galocha del PP. Ese ejercicio de asepsia, de no hurgar en la herida más de lo imprescindible para hacer entendible la noticia no me iba a ser agradecido por el Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Mairenar en su dura nota, ¡faltaría más! Ellos sólo ven su punto de vista. Tampoco el ahorro que hice de detalles de la intervención del alcalde (con mal tono y expresiones impropias), o la forma en que lo zanjó todo precipitadamente en plena discusión.

Los "pseudoperiodistas" (como me califican) tenemos la limitación del espacio y el tiempo. También el estilo nos impone no perdernos en las ramas e ir al grano en aras de una claridad de mensaje tributario de los lectores, que son ellos y no los políticos los destinatarios. Tampoco somos la secretaria de la Corporación para escribir un acta ilimitada de cada pleno. Y no estamos descubriendo nada, es así en cualquier pleno de cualquier cámara y en cualquier medio al nivel que sea.

He de confesar que antes del pleno no podía imaginar por su orden del día que iba a desenvolverse por esos derroteros, pero como ocurrió así así hubo que contarlo. Lo más irritante para estos señores, en mi opinión, fue que al no verme en la sala alguno se explayó más de lo debido y luego no pudo superar la impresión de ver una parte reflejada en prensa.

Entiendo, desde luego, que a quienes se pedía la comisión no les agrade (es humano), pero de ahí a arremeter contra el cronista, que lleva muchos años en la tarea, es tener una visión sesgada y torcicera de las cosas. Si acaso les di, fue sin querer, pero pedir perdón en este caso me resulta imposible, pues como dijo Lutero al Papa cuando le pidió desdecirse tras publicar sus capitulaciones: "Retractarme ni puedo ni debo, pues creer en contra de lo que creo no es lícito, ni seguro.

Termino recurriendo a una frase del periodista Miguel Ángel Aguilar (no será sospechoso ese señor para ustedes, señores del PSOE) en un foro periodístico hace sólo unos días en Sevilla: "Cada nota de prensa es un intento de manipulación". Vamos, pues, a dejar que de las noticias se encarguen los llamados a hacerlo y de gobernar los que tienen el encargo. Todo irá mucho mejor, porque si son tan buenos como ellos creen, ¿por qué temen tanto a la prensa? Menos rabietas, señores, y menos cortinas de humo disuasorias en los plenos, más y mejor argumentación y la prensa seguro que así lo reflejará.