Durante el periodo estival se programarán nuevas visitas concertadas

El Castillo de Luna ha recibido la visita de más de 600 personas

El balance de las visitas concertadas que el Castillo de Luna ha desarrollado para mostrar el avance en los trabajos de restauración y acondicionamiento de la fortaleza como recinto museístico, en sábados alternos desde el 23 de enero al 20 de junio, ha sido muy positivo. Al menos, las cifras son alentadoras, lo que demuestra el interés que despierta la monumentalidad local entre los maireneros, y en el resto de la provincia.

En total, unas 600 personas de muy diversa procedencia visitaron el castillo, superando todas las expectativas, aunque el mes más concurrido fue el de junio. La fortaleza también abrió sus puertas el Día Mundial del Turismo, el 27 de septiembre, o en Jornadas de puertas abiertas tras la finalización de procesos de restauración determinados, entre otros.

Los visitantes, apoyados por las explicaciones de una técnica de la Delegación de Turismo, conocieron las instalaciones que albergarán la Colección Bonsor, el Patio de Armas y descubrieron aspectos tan curiosos como la zona donde bonsor realizaba prácticas tiro. Aunque, sin lugar a dudas, lo que más despertó la curiosidad de los visitantes fue la historia personal y anecdótica de Jorge Bonsor, último morador, que adquirió el castillo por 2.000 pesetas para su posterior restauración y puesta en valor.

Maribel Galocha, Concejala de Turismo, ha manifestado su satisfacción por la buena acogida de la iniciativa y, por otro lado, ha comunicado que durante el periodo estival se programarán una serie de visitas, aún por confirmar. Pero el trasiego en el castillo continúa, ya que, paralelamente, el Patio de Armas acoge durante los meses de julio y agosto el ciclo de conciertos "Noches en los Jardines del Castillo" organizado por la Delegación de Cultura.

Estas visitas suponen un adelanto de la apertura definitiva de la fortaleza como museo, que tendrá lugar una vez finalicen las actuaciones tanto en el interior como en el olivar exterior, para convertirlo en un parque urbano con flora y fauna singular. Al tratarse de una zona verde limítrofe, entre la vega y el casco urbano de Mairena del Alcor.