(12-julio-2010) Mairena entera palpitó con "La Roja"

Informa: Chema Cejudo

- Las banderas, que lo inundaron todo, se agotaron en las tiendas

Nunca antes hasta ahora Mairena del Alcor había vibrado como lo hizo ayer al pulso de las emociones que la Selección Nacional Española enviaba desde Sudáfrica, donde disputó la Final del Mundo de Fútbol en la que se impuso por un peleadísimo gol 1 a 0 al combinado nacional de Holanda, que en absoluto lo puso fácil.

El ambiente se respiraba desde días antes, pero particularmente desde el la jornada anterior sabática. Los maireneros y las maireneras bien se encargaron de exteriorizar su apoyo a "La Roja" con un despliegue sin igual ni complejos de la enseña nacional, que ondeó orgullosa en establecimientos públicos y viviendas particulares, en algunos casos con varias en el mismo edificio, mientras que no faltaron edificios que las exhibieron asidas a enormes mástiles.



Unas con el toro de Osborne, otras con el escudo constitucional, y otras sencillamente lisas, sus destellos rojos y amarillos resaltaron igualmente portados desde numerosos automóviles abrochadas a sus antenas. Fue tal el despliegue que llegaron a agotarse días antes en la casi totalidad de los establecimientos que las venden sin posibilidad de reposición por los almacenes que los surten.

Los comentarios tampoco faltaron en las conversaciones de los paisanos, casi siempre optimistas antes del partido pero atenuados de triunfalismo durante el transcurso de la celebración, enmudecido ante el juego rudo de los holandeses, la indolencia punitiva del árbitro con sus excesos, y la resistencia pertinaz del gol a entrar en meta contraria. Las casi dos horas de tensión acumulada con la ciudad enmudecida pendiente de la radio y la televisión fue diluida súbitamente por el golazo de Iniesta en el minuto 115, que sirvió de deshago atronador y dio pie a una alegría desbordada tras la tensión y nervios acumulados.



A parte de los hogares, los escenarios callejeros improvisados en kioscos (como Alconchel), pantallas exteriores (como la de la Cafetería La Paloma), o espacios verdes como el bulevar de la avenida de Andalucía y El Lemos concitaron la presencia masiva de espectadores. Entre ellos, ningún otro para la juventud como la caseta municipal de feria, donde el Ayuntamiento autorizó la instalación de una pantalla gigante con barra. Desde allí, tras el partido, como el resto de maireneros, los más jóvenes se lanzaron especialmente al trasiego urbano de calles y avenidas a compartir su inmensa alegría entre el sonar de cláxones, ondear de banderas, abrazos fraternales y cánticos de alegría que sonaron al unísono sin distinción de ningún tipo.

También los emigrantes maireneros sintieron en primera persona el éxito de la Selección Nacional de España, que tantos millones de corazones apoyaron fuera de nuestro país. Costó mucho, pero una vez conquistada la Copa Mundial, el éxito hizo sentirse a Mairena la misma Gloria en la Tierra. Por eso demoró la fiesta hasta bien entrada la madrugada, concentrando la máxima afluencia de forofos en las avenidas de la antigua travesía, plaza de las Flores, y, sobre todo, en la

Glorieta de Cervantes, donde la Policía Local consiguió evitar el baño en la fuente de los más jóvenes.
Mairena lo tuvo claro: España puede con lo que le echen si sabemos estar unidos. Así, los españoles hemos conseguido ganar nuestro primer mundial de fútbol gracias al esfuerzo de nuestros gladiadores del balompié y el apoyo de todos. "¡Que no sea el último!", también se escuchó pedir.