- El Parque Tierno Galván también a oscuras

Unos dos años más o menos ha sido el tiempo que el Castillo de Luna de Mairena del Alcor gozó del privilegio nocturno de lucir su silueta iluminada, pues hace aproximadamente un mes los focos que le había instalado el Ayuntamiento con una inversión de 87.628 euros brillan por su ausencia tras ser robados del recinto de la fortaleza, cerrado y vallado, en un episodio más de la cadena de sustracciones de cobre y otros elementos eléctricos que se viene produciendo en la comarca de Los Alcores y el Área Metropolitana de Sevilla.

Desde hace muchos días no pocos son los ciudadanos maireneros que ante la falta de una explicación oficial por el hecho se preguntaban qué sucedía con el castillo, ya que precisamente ahora que las obras de restauración enfilan su recta final su silueta volvía a perderse en la oscuridad de la noche. En unos casos se especuló en torno a una medida de ahorro puesta en marcha por el gobierno municipal, aunque chirriaba que oficialmente no se hubiera anunciado. Otra gente, sin embargo, apuntó en sus sospechas hacia la oleada de robos conocida por todos como la razón de la desaparición de dichos elementos. Ahora, y según ha informado la Policía Local, se confirma la segunda tesis que algunos temían.

La fortaleza de origen medieval de Mairena del Alcor, por cuya preservación tanto hizo el arqueólogo Jorge Bonsor, fue dotada en esta fase final de su recuperación con un completo sistema de iluminación artística, exterior e interior, como paso previo a su apertura al público. Así, el Monumento Nacional desde 1949 contaba con 12 proyectores de 70 watios, 2 faroles de 100, 9 proyectores de 150, 35 de 250 watios y 8 proyectores de 400 watios, instalados en superficie y empotrados en el suelo. Funcionaban con la técnica de vapor de sodio de alta presión y halogenuros metálicos, y de ellos, una buena parte tendrán que ser repuestos en el futuro.

Por otra parte, la acción de los ladrones del cobre también se ha sentido en el Parque Municipal Tierno Galván, que ha sido desposeído de buena parte del cableado eléctrico que abastece sus farolas. El efecto de este robo no ha resultado tan perceptible a los ojos de los maireneros pues la mayor zona verde del pueblo permanece cerrada al público cuando se requiere su iluminación artificial al regir en la actualidad el horario de invierno