- El incendio, activo entre las 4 y las 6 de la tarde, generó alarma por la aparatosidad del humo al prender material plástico

Por su frecuente combustión, los pastos del monte Tío Ramón comienzan a rivalizar sin disimulo con los afamados por cálidos de la finca Las Albinas, ésos a los que se refiere el dicho popular mairenero. De hecho, últimamente no hay año que se libren del fuego, y el actual no iba a ser menos por mucho que el verano y la sequedad extrema aún no hayan llegado. En la tarde de ayer jueves tuvo lugar el que tocaba este año. Se desató sobre las 16 horas a espaldas de Viveros Andrés, propagándose con rapidez por la extensa manzana hasta subir a la zona alta, justo frente a la fachada del IES Los Alcores de Mairena del Alcor. Hacia las 18 horas, y sin graves consecuencias humanas ni materiales, la dotación de dos vehículos del Parque de Bomberos de Alcalá de Guadaíra había conseguido extinguirlo.

Al sofocado de las llamas contribuyeron también como voluntarios los propios trabajadores del vivero, donde al parecer pudo iniciarse el fuego por la quema de materiales en su trasera, descontrolada tal vez por efecto del viento, apuntaban los intervinientes como hipótesis. En su avance las llamas se realimentaron al prender el buen número de macetas de plástico vacías que la empresa tenía almacenadas no lejos del foco de origen, lo que provocó una descomunal columna de humo negro que causó gran alarma entre la población, pues podía divisarse claramente incluso desde la vecina localidad de El Viso del Alcor. A pesar de todo, ni la empresa, viviendas o bloques de pisos que limitan el gran solar separándolo de la Avenida de Lepanto (antigua travesía) o del resto de la zona norte urbanizada, resultaron dañadas ni tampoco corrieron peligro en ningún momento más allá de las lógicas molestias. Como de igual modo resultaron insignificantes los daños materiales, según ha podido pulsar El Periódico de Mairena.

No obstante, aprovechando el dispositivo puesto en marcha por la Policía Local de Mairena del Alcor, los bomberos procedieron tras el control del incendio a la quema controlada del resto del pastizal que se alzaba sobre el terreno para, con ello, evitar posteriores brotes o fuegos tratándose de una zona "con tanto peligro de incendio", comentaban algunos de los vecinos allí presentes -no escasos de ironía- mientras se efectuaban los trabajos. Así, al final las llamas quedaron extinguidas en su totalidad ya entrada la tarde, con lo que a partir de ahora el fuego lo tendrá mucho más difícil. Por lo menos este verano.